La mentalidad de jugar como visitantes
En este 2017, Millonarios ha disputado siete partidos como local, de los cuales ganó seis (todos con el arco en ceros) y perdió uno, que fue un accidente ante el MedellÃn en la primera fecha del Apertura, cuando todavÃa no habÃa una base estructurada.
De visitante, el equipo de Russo ha disputado cuatro juegos, nunca ganó. Tiene un empate (sin goles) y tres derrotas. Recién en el último juego, ante Santa Fe, se consiguió el primer gol como visitante de todo el año.
De local, el equipo azul sale a jugar con vértigo de entrada, asfixia al rival por la velocidad y, literalmente, le pasa por encima. De visitante, en cambio, hay un exceso de respeto por el rival, y demasiada espera por la propuesta del contrincante en curso. De local hay explosión, de visita hay cautela.
Se pensaba que el tema era por jugar afuera de Bogotá, pero en el último clásico, en el mismo estadio donde ya cinco equipos distintos han salido derrotados, al equipo se le olvidó el vértigo. La escenografÃa de fondo ya no era azul sino roja, y al parecer solo por eso se olvidó el libreto. Solo cuando entró el segundo gol de Santa Fe se trató de mostrar esa explosión, en un envión que duró hasta que Rojas cometió su error y  quedamos con diez hombres.
Esa es la asignatura pendiente que tiene este plantel, que cuando juega como local es capaz de ilusionar hasta al más pesimista de los hinchas, con presentaciones que invitan a soñar con que se puede llegar muy lejos; pero cuando ha actuado como visitante ha dejado más dudas que certezas, sobre todo en materia ofensiva.
El miércoles, Millos jugará en Barranquilla, históricamente, la plaza más difÃcil de todas en Colombia, y buscará conseguir su primer triunfo como visitante del año y del torneo. Hay una misión, y es la de quitarse el chip de que por ser visitante no se puede jugar explosivo. Esa fórmula que tanto daño ha hecho a los rivales en casa puede aplicarse tranquilamente afuera.
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