Punto que puede ser de oro
«Qué descaro, ya no disimulan», decÃan los hinchas de Nacional en la tribuna. Ellos, que han ganado cientos de partidos gracias a errores arbitrales en los últimos 30 años, estaban probando la misma medicina. No les gustó nada. El VAR acababa de quitarle a los verdes un gol legÃtimo por una inexistente falta sobre Montero. Iban apenas siete minutos de frenesà local y Millos aguantaba, gracias a las bondades del equipo arbitral. Ya iban dos goles en contra anulados, el primero, complemtamente irregular, el segundo un regalo para nosotros.
Pero algo hizo clic en el equipo de Gamero después de ese segundo gol anulado. Se iluminó Macka, genio y figura de la cancha, detrás de él se iluminó Larry, y Millonarios poco a poco fue sacando a Nacional de su terreno y a montarse en el partido. Y en la primera que tuvo el Embajador, Candelo la mandó en globo al fondo de su propia puerta, 1-0 a favor a los 13. El Atanasio se quedó en silencio.
Desde ese momento, Nacional fue solo errores. El local estaba aturdido, desordenado, desesperado, incomunicado, perdido. La hinchada también se contagió, estaba tan desesperada que no sabÃa a quién putear, si al árbitro, a algún jugador o al DT. Era el escenario perfecto cuando estás de visitante: ganando cómodo y con la gente en contra de su equipo. Desafortunadamente, lo que a Millos le falta en nómina le sobra a Nacional, que colectivamente no jugaba a nada pero encontró el empate con una individualidad de Mantilla, que gambeteó, enganchó, centró y Jarlan definió para el 1-1 a los 41. La importancia de tener peso en la plantilla.
El segundo tiempo era mano a mano. Millonarios a ganar desde lo colectivo y Nacional a recuperar para salir en velocidad. A los 73, ese genio llamado David Mackalister se inventó una jugada de fantasÃa, dejó en el camino hasta al vigilante del Atanasio y sirvió a Ruiz para definir al primer palo y poner el 2-1. Lamentablemente, la ventaja duró poco. Hernán DarÃo Herrera mandó tres cambios y cinco minutos después Guzmán puso el 2-2 en una jugada que primero habÃa sido invalidada por el lÃnea pero que después fue cambiada por el VAR.
Lo que vino después fue un partidazo mano a mano. Nacional entendió que nos duele demasiado la pelota a la espalda y a eso jugaba, a explotar la velocidad de Pabón y Guzmán. Millonarios buscaba en la contra, con amor propio y una mejor expresión colectiva. Ricardo Márquez casi la manda al fondo de propia puerta, Montero le salvó la patria. Y entre frustración local y emoción se terminó un partidazo.
Millos fue mejor desde lo colectivo, Nacional lo emparejó desde las individualidades. El Embajador comanda su grupo y visita ahora al Junior en la segunda parte del camino más complicado del calendario. Lo más difÃcil ya se hizo, el equipo de gamero se trajo de MedellÃn un punto que puede ser de oro en estas finales.
Twitter: @elmechu
Esta es la Ficha Técnica del partido
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