Con cabeza fría: cara y sello

Terminan las fases del todos contra todos con esperanza, muchos puntos positivos y otros tantos por mejorar, enseñanzas para los cuerpos técnicos y para quienes visten de cortos, en esta moneda llamada Millonarios y que para los dos equipos profesionales muestra sus dos caras, entrelazadas e intercambiables para cada uno.

La clasificación a la fase final, punto en común. Pero mientras para el masculino es y será siempre una obligación, para las Embajadoras era un objetivo propuesto pero incierto. Y las condiciones del cómo llegó hablan por sí mismas: los del profesor Gamero que aguardan por sumar puntos en su última fecha y garantizar su bonificación al ser cabeza de serie; las del profe Anzola, quintas en una cabalgata inalcanzable de las tres primeras y esperando bailar con la más fea en cuartos de final.

El más reciente encuentro, ambos como local y con sensaciones distantes y distintas. Los albiazules con un juego arduo contra el otro líder y que plasmó lo engorroso del nuevo Hernán Torres con sus oncenos mezquinos, pero sensaciones positivas de cara a lo que se viene por lo propuesto por el dueño de casa; las muchachas, enfrentando a un equipo eliminado pero jugando un partido tan gris como la tarde bogotana de lunes, con un gol tan de otro juego como su autora (quien está muy lejos de ser la Moreno que vimos en semestres pasados). Dicho sea que, como en otras tardes, nuestra cancerbera peruana volvió a salir figura y le permitió al equipo festejar su cupo a los 8.

Las lesiones, el talón de Aquiles del medio campo. Otro lado similar de la moneda para los dos conjuntos, pero con réditos en rojo para ellas. Laura Bolaño y un vacío enorme e irremplazable en la contención azul, y dudas al CT sobre cómo definir sus esquemas de titulares, mientras que Stiven Vega y sus fanáticos podemos pegar el ojo tranquilo en la noche al corroborar el gran relevo que hacen Juan Carlos Pereira y Larry ‘sólo Millos loca’ Vásquez. Un bus con el mismo paradero pero con escalas distintas, en tanto nuestro ‘Jefe’ se va el resto del año pero la chica bastión del medio campo azul se busca recuperar con celeridad.

Finalmente, cara y sello de las localías, tanto en puntos obtenidos como en el corazón y activo más
importante del Club. Más de 20.000 personas en una celebración del día de la madre -justo después de llevar más de 14.000 a Tunja y abarrotar la casa en el derbi- el último juego de Millonarios Masculino en el cual defendió su hogar. Aspecto negativo para analizar y revolcar en el Femenino, con una campaña de mejores frutos fuera del Coloso y sin público en el mismo, sin sentir el apoyo de los hinchas y hasta con los rezos por que las luminarias no se tuvieran que prender y tocase pagarle aún más al IDRD (mientras que en el masculino hasta se juega con ellas). ¿Podremos ahora y por fin ir a alentarlas sin necesidad de que haya doblete, y hacer del Nemesio un fortín en los play-offs?

La suerte se echó, la moneda gira en el aire. Tres rivales fijos para Danny y sus compañeros, y uno para Ledys y su grupo en un mata-mata que está por iniciar. Millonarios, esa misma arra, arroja la premisa que ni Alberto ni Álvaro deben perder de vista: inicia ahora un nuevo campeonato, con todos de ceros y sin trasnochos por imposibles. Defender el escudo y los colores, ser consecuentes con nuestra filosofía de juego y entender que en cancha son once rivales y once seres humanos de carne y hueso. La moneda volvió a voltearse: el objetivo y la obligación de ser campeón son todos del masculino. ¿Cara o sello?

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano

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