Con cabeza fría: descanso, elección y expectativa

Semana de recesos, respiros y felicidad por cuenta de los dos derby capitalinos en las ligas femenina y masculina. Después de acondicionamientos y votos en las urnas vuelve el fútbol para los dos oncenos embajadores. El más complicado en el papel era el de las Embajadoras, con la misión de sumar en el Metropolitano y no apartarnos de los primeros puestos de la tabla; el mejor partido de Millonarios del semestre y en una plaza desconocida para las Embajadoras en lo que lleva la liga de existencia –con una pintura de Gabriela Camargo y una viveza de Ivonne Chacón para sentenciar el marcador (ver el resumen aquí)- para regresar a Bogotá con tres puntos y preparar un juego crucial contra Nacional el próximo fin de semana, también el primero en la historia de la Liga Femenina. ¿Podremos esta vez ir a nuestra casa a apoyarlas? ¿Podrán todos los medios partidarios ser autorizados para cubrirlo?

Lo cierto por ahora es que en tres días sí volveremos al Campín para apoyar al líder del campeonato masculino contra Once Caldas, luego de una pausa que nos dirá hasta pasadas las 10:00 de la noche si fue o no fructífera. Recuperar jugadores era la consigna, sobre ello esperábamos muchas ventajas y al parecer Andrés Felipe no avanza en su molesti y ahora se le suma el otro lateral titular. Y sumado a ello, el ritmo de juego será el otro factor que tendremos bajo la lupa porque uno de los aspectos que los hinchas hemos criticado en medio de las victorias es la lentitud en las transiciones, y la falta de competencia suele ahondar en ella. Los tres puntos en casa son obligatorios para el interés particular de seguir en el liderato y mantener la escasa ventaja existente sobre Tolima, el más inmediato perseguidor, y seguir soñando con el punto de bonificación.

Pero sin duda el tercer y no menos importante foco de atención será la Asamblea de este miércoles. De carácter virtual, primer indicio de la estrategia por no dar la cara a los socios minoritarios. Con números relevantes sobre la compra y venta de jugadores como Álvaro Montero, Ricardo Márquez, el pago del sueldo de Juan Camilo Salazar en Águilas, o los acuerdos con Cristian Vargas ante su salida con contrato vigente. Asuntos pendientes e inconclusos, como el pleito con Jefferson Martínez o con Palmeiras por Mafaldo. Y las siempre eternas discusiones o inquietudes sobre el manejo de las contrataciones y su austeridad, el onírico estadio propio, las prolongaciones de contratos con Adidas y/o los patrocinadores, y el veto a medios como el nuestro, sin explicaciones claras ni justificaciones para frenar la labor de nuestros periodistas en los estadios de Colombia. Los buenos resultados deportivos hablan muy bien del proceso del cuerpo técnico, pero demasiado bien cuando las bases estructurales y dirigenciales develan dudas, falta de ambición, incertidumbre y despotismo.

Tal y como ocurrió con las elecciones del domingo, puede que haya optimismo ante resultados a corto plazo. Pero serán la instancia definitiva en mayo y la organización y transparencia de la cabeza junto a ella la que al fin nos pueda dar esperanza o hacer que reincidamos en la desilusión y el escepticismo. Mañana tendremos más dudas o más respuestas, lancen ustedes la moneda.

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano