Taches arriba: mitos, héroes y tumbas
El mito de jugar bien, de ser “el equipo que mejor juega en Colombia” fue eso, apenas una quimera para despistar incautos. Así como tenemos serios problemas de comprensión de lectura, también debemos lavarnos los oídos con frecuencia. La frase completa fue “Millonarios es el equipo que mejor juega el juego”. Descontextualizada, jugar es una batalla: jugar un juego, es divertirse. Por eso hubo confusión. Creímos discursos de otros porque el nuestro estaba bastante enredado. Una persona extraña tuvo que señalarnos que una cosa es divertirse con el fútbol, otra diferente es competir por la obligación de salir campeones, con o sin pandemia, con o sin dinero. Llueve sobre mojado si Alberto Gamero es bueno o malo: es mejor no interferir en esas discusiones, no sea que salgamos regañados. Si tengo que escoger, no me gusta su gestión.
Los héroes son juveniles que se han ganado su renovación hasta 2023. Sería un descalabro no protegerlos. Todos ellos, jugando hasta con dedos fracturados, merecen un escalafón adicional. Juanito, Paz, Llinás, Bertel, Klíver, Juan Camilo, Edgar, Emerson, Abadía. Y los que se escapen, perdón si los olvido. Creo que si 2020 fue accidentado, ellos fueron nuestro mejor tropezón. No fueron convocados en pretemporada pero, ¡gracias, vida, porque los pusiste en nuestro camino cuando todo parecía perdido! No olvidaremos que en el año del desastre mundial, el peor de nuestra generación, la juventud tiene mucho para aportar y nuestro mejor regalo de Navidad se llama Stiven Vega.
Hay personas que cavan tumbas con velocidad imperiosa. Estamos cansados de repetir qué se hace mal en la parte dirigencial. Lo seguiremos señalando, sin duda. Si la cabeza funciona con deficiencia, el cuerpo tampoco puede actuar bien. La empresa todavía se sostiene por las inyecciones del millón de dólares de vez en mes. Pero el norte no se recupera con dinero: se rescata con proyectos cimentados en títulos porque ese es el oxígeno de una empresa de fútbol, ya que la rentabilidad en el fútbol colombiano es muy escasa. Azul y Blanco ha perdido mucho tiempo, desde su constitución para ser más exactos, para construir una institución de época. Privilegiar empleados periodísticos de Prisa para informar al público, pasando por encima del organigrama, incluido el Director de Comunicaciones, es restar valor a la mercancía. Tener invitados al almuerzo para contar infidencias de las asambleas de presidentes de clubes, es boicotear el poco nombre que todavía ostentamos en esas reuniones. Y así. Eso apenas es la punta del iceberg de los problemas administrativos y dirigenciales. El Millonarios dirigencial está sobrediagnosticado. Hablar de ellos es llover sobre mojado, es hablar de “los desesperados”.
2020 se va, se fue, se esfumó. Otro año perdido. Sin títulos. Cero pollitos. Nada de nada. Pura magia: nada por aquí, nada por allá.
En 2021 queremos que nos sigan leyendo, siguiendo, escuchando. Este grupo de trabajo no es un comité de aplausos. Gracias a todos por leer a MundoMillos. Un saludo de año nuevo, en especial para la dirigencia de Millonarios: sabemos que nos leen y escuchan. Gracias por su sintonía.
Posdata: ¿Guarín y diez más en 2021?
Leandro J. Melo C.
Twitter: lejameco