Taches Arriba: cobija
¿Qué te quedó pendiente, Fernando? ¿Cómo fue que regresaste al paraÃso perdido, ese donde fuiste feliz y amaste la vida? No creo que sea un asunto del tipo «el último baile», «el-de-pirnos», o «la última y nos vamos», sino que creo que es algo parecido a rescatar la unión de los hilos indivisibles de los lazos invisibles del destino, azaroso. ¿Nos trajiste pollo grasoso, sin alas, recién bajado de asador en esta madrugada? Has llegado aquà y no tienes nada por demostrar: te preceden 52 dianas que nos condujeron al vacÃo luego de una partida llorada, lamentada y odiada, que es la misma sensación en este regreso. Esa mitad de cien más dos celebraciones todavÃa resuenan como trueno en tormenta. Siento que vienes con el corazón más descargado y jugarás con menos peso, aunque con mucha presión. Creo que la sabes domar. Es tu amiga, querido capitán sin cinta.
Si la anterior historia se acabó en 2021, en 2022 vimos cómo otra bienvenida se hizo realidad. Dicen que Leo Castro estuvo a pepa y cuarta de venir hace seis meses. Engordó redes, incluso nos desinfló en algún momento, pero siempre alguien de esta empresa deportiva que a veces se comporta lejana, lo tuvo en la mira, como ‘Pitirri’. Él llega con otra mochila similar a la de Uribe-el-bueno: llena de goles y por supuesto, de ilusiones. Hay un documental de Jorge Furtado, llamado «La isla de las flores»: se los recomiendo porque, cuando lo vean, será imaginar al goleador que, de pequeño, recogÃa basura. Ahora querrá dejar abono (y facturar abonos, cómo no) a fuerza de las anotaciones del pasado, con el Ãmpetu de un animal al que se parece y que no mencionaré para que no hayan comparaciones odiosas. Dale, Leo: bienvenido al salto de calidad. En el abismo puedes ver a tu compañero de puesto, con el número 20 y en su tercer regreso. Él es la luz al final del túnel. Y tienes tres años de contrato para alcanzarlo, excepto alguna cláusula de salida al exterior, algo similar al anhelo de una vida mejor.
Con ellos dos, hay un claro ganador. Es alto, parece que le gusta subirse al ring, pero al dÃa de hoy, ese tipo odiado, voluntarioso y con micrófono propio, tiró dos ganchos para decirnos «¿qué, tampoco están contentos?» Acá le hemos dado palo (y lo seguiremos haciendo) a Don Gustavo. De igual forma, serÃa imperdonable no aplaudirlo. ¿Acaso nos pesan las manos para hacerlo? ¿Somos tan orgullosos y altivos como para dejar de hacer sonar nuestras palmas de forma coordinada? Nobleza obliga y sin la necesidad hacerle un monumento, serÃa una necedad no reconocer los primeros dos regalos que se adelantaron a la Navidad, la Nochebuena, el fin de año y los Reyes Magos. Qué bueno saber que ese sambenito del «no traemos jugadores costosos, porque se lesionan» parece haberse erradicado de nuestro dialecto embajador, a pesar que sigue predominando eso de «nos gustan sin contrato». Qué saludable es que él haya entendido cómo es que nos hace felices, asà en esta familia no todos estemos de acuerdo, como yo no lo estoy mi papá, quien no quiere a Fernando y ama a Leonardo. Y la ñapa: Giraldo, un volante que quiere revancha, regresó al redil.
Hace frÃo y me he tapado los pies mientras escribo esto en la cama, puesto que ellos son el termómetro del cuerpo. Ahora que los tengo calientes, es hora que esta manta me dé fragor en la cabeza, porque no puedo descubrirme el tronco superior. Este algodón perchado es grande y amplio. Lo digo porque ahora hay cobija en la parte delantera del equipo y ahora solo sirve mantener el resto de la nómina azul, darle unos retoques necesarios. Faltan dos más, Don Gustavo. Y todo ello para que Don Alberto, quien puso en duda que un equipo como el campeón haya ganado en Barranquilla después de no sé cuántas décadas, se concentre junto con Don Arnoldo para cagar a goles a los rivales, sin descuidar la parte de atrás y saldar otra cuenta pendiente con el pasado y el futuro: anotaciones que signifiquen más tÃtulos, como esa esquiva Liga que empezamos a jugar esta noche en el primer partido de la pretemporada del presente.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco
Foto: Millonarios F. C.