Millonarios Palestino 2024

Los efectos colaterales del papelón

Hay sentimientos más fuertes que el de rabia o frustración, que eran el común denominador de los hinchas Embajadores saliendo del estadio en el partido que terminó de sellar la eliminación de Millonarios de una Copa Libertadores que nunca supo jugar.

La indiferencia duele más, el no sentir nada lastima, estar en ‘piloto automático’ ante la derrota es el peor de los sentimientos. Y eso sentí finalizado el partido contra Palestino, porque no habían putazos, reclamos o reproches, era la crónica de una muerte anunciada.

Lo que sí da rabia es darle de comer a los ‘hambrientos’, o lo que he denominado como los efectos colaterales de este papelón. Y hay varios.

Inflamos hasta más no poder a Bolivar de La Paz, que si bien es un equipo más copero y más recurrente que nosotros en torneos internacionales, al final siento que la diferencia no es tan abismal como se está evidenciando a la luz de los resultados. E inflamos a un DT, ex asistente técnico de Millonarios, a quien ahora venden como la resurrección de Cruyff y como el ‘Guardiola latinoamericano’.

Le dimos de comer a cuentas y usuarios de X con nuestras vergonzosas actuaciones en Coquimbo, La Paz y Bogotá. El recuerdo que vamos a dejar de nuestra participación en la Copa 2024 es el de la acción que erró Pereira al minuto 90 contra Palestino, el pase de Daniel Ruiz para el rival que terminó en gol, la impotencia de los saques de banda como único recurso para poder empatar un partido, los 15 minutos fatales en La Paz… Y así hay otros que se me escapan.

Le facilitamos la tarea al periodismo deportivo. Las derrotas y malos planteamientos del DT colmaron la parrilla de contenidos de programas matutinos y nocturnos, subiendo el rating con preguntas tan básicas como predecibles, pero al final de cuentas ciertas: «¿Es Millonarios un equipo solo para torneo local?»; «¿Es Alberto Gamero el DT para Millonarios?»; «¿Está desgastado el plantel de Millonarios?». Y así…

Le dimos pie a las otras hinchadas (no solo de Colombia) para que se diviertan con nuestro sufrimiento y con cada paso en falso que dábamos a nivel continental. Y eso emputa, porque en lo últimos años con contadas excepciones no lo habíamos hecho, en gran parte gracias a quienes hoy estamos cuestionando. Pero al final de cuentas esto es lo de menos, tiene que ser parte del folclore de este deporte el ‘cargar’ al rival, hay que hacerlo y soportarlo cuando corresponda.

Y el más complejo de todos: se dividió una hinchada en torno a cuestiones que hasta hace muy poco tiempo eran unánimes. Eran pocos los que cuestionaban la continuidad de Alberto Gamero, ahora la hinchada se divide entre los ‘pro-Gamero’ y los ‘anti-Gamero’. La primera línea respeta el proceso y cree que todo lo hecho le da respaldo para continuar, cambiando lo que corresponde; mientras que los ‘anti-Gamero’ ya buscan un nuevo timonel que dirija este barco incluso para el segundo semestre del año. Esto mismo sucede con jugadores, algunos tendrán nuevas oportunidades, para otros ya hay ciclos cumplidos.

Creo que hay dos conceptos que unen a la hinchada en este momento: el primero es que Millonarios acaba de hacer un papelón en la Copa Libertadores 2024, donde lo rescatable es casi nulo; mientras que el segundo concepto es que para medio salvar el semestre hay que salir campeón de la Liga Betplay. No hay otro camino.

Mientras tanto tendremos que tragar el veneno, aguantarnos las burlas y aprender de esta nefasta experiencia internacional, una mas en estos últimos 35 años. Ya vendrá el momento de los balances finales, por ahora ya hay que pensar en Bucaramanga. 

Por Andrés Rey
@andresreyhdez