Millonarios equipo 2018

Las horas más oscuras

Hace dos semanas el pecho estaba inflado de orgullo. «Millonarios es el único equipo que disputa tres competencias en paralelo», repetían los medios de comunicación y los hinchas. El equipo acababa de sacar, sufriendo, a Jaguares por la vía de los penales luego de estar durante un lapso del partido eliminado. Barreto salvó la patria y le celebró con el «Topo Gigio» a la gente que, minutos antes, lo puteó desde occidental mientras hacía trabajo de calentamiento en el entretiempo.

En ese momento, los ojos de todo el mundo estaban puestos en el clásico contra Santa Fe por la vuelta de los octavos de final de Sudamericana. En Bucaramanga, Millos ganaba 1-0 y se dejó remontar. Dolió, sí, pero para la mayoría poco importó. La expectativa estaba puesta para el martes que seguía y por eso la boletería se agotó por primera vez en el año. Entraron 28 mil personas, más que en cualquier otro partido de 2018, incluso más que en los duelos por Copa Libertadores. Millos no supo jugarlo, terminó resistiendo y obligado a patear penales. Hauche disparó a las nubes y Santa Fe nos eliminó en nuestras narices.

Golpe duro a la confianza del DT y jugadores. Golpe que todavía no cicatriza. Se nota. A los tres días, Faríñez es el héroe en Manizales y salva al equipo de lo que pudo ser una goleada en un partido en el que Millonarios pareció un equipo Sub20. Luego, otra derrota dolorosa, frente a Equidad en el último minuto, con tres goles que nacen de errores de un equipo escolar y que colmaron a la gente: «jueguen, cabrones, si quieren salir campeones», sonó en la fría noche del lunes.

En once días, Millonarios jugó cuatro partidos, perdió tres y empató el otro, que luego también lo perdió por penales. Russo pide perdón en nombre de todos y se carga toda la responsabilidad. Empieza la sobreactuación: gente defendiéndolo en extremo y tirándole toda el agua sucia a los jugadores. La prensa empieza a hablar de posibles salidas del DT que no van a pasar porque el contrato es hasta diciembre 2019 y la administración lo defiende a muerte. Se armó un ambiente de mierda en redes sociales en plena previa del que hoy es el partido más determinante de todo el año porque es la opción más cercana que tenemos para jugar Libertadores 2019.

Al mal ambiente se une la boletería del partido, con precios para abonados que se ofrecen como beneficio pero que terminan de alterar al hincha por su poco descuento. Si el fútbol de Millonarios está extraviado, ni hablar del mercadeo. La gente amenaza con no ir al estadio el viernes, empiezan las peleas entre hinchas, el que va a ir contra el que no, da pereza leer ya. Nada de esto estaría pasando si hubiéramos eliminado a Santa Fe, digan lo que digan. Todo es una extensión de ese golpazo. Hay dolores que trascienden, este lleva ya dos semanas.

El estadio no se va a llenar porque el día que se llenó, la gente salió decepcionada. Se espera poca asistencia este viernes en plena semifinal. Millonarios trata de buscar otras estrategias, saca en preventa la camiseta blanca -esa que los genios de Adidas quisieron lanzar en julio sabiendo que llegaría al país tres meses después- y le regala la boleta del partido a quien la compre. Empiezan de nuevo los comentarios, las críticas y las peleas. La camiseta es hermosa, pero por el presente deportivo no se esperan muchas ventas en estos momentos. El dolor del hincha se siente.

La relación equipo-hinchada está rota, como estaba hace casi un año exacto. Todos son responsables, nadie es intocable. Se necesita urgente una victoria que genere un revulsivo y repare la confianza rota del plantel, del técnico y del hincha. Contra Caldas nos jugamos prácticamente el semestre, el año entero. Habrá que enfrentar al equipo de Manizales buscando revertir un 0-1 y con todos los factores extrafutobolísticos en contra. El pronóstico indica un Campín desolado con cantos de ánimo a Russo y puteadas a los jugadores, sobre todo si no se hace un gol rápido.

Se viven las horas más oscuras del año, ojalá sea cierta aquella frase que dice que «la noche es más oscura antes del amanecer».

Twitter: @elmechu