Daniel Cataño

La pelota siempre al 10

Desde el inicio de la era Gamero en 2020 se ha venido hablando sobre lo que al técnico samario le gusta tener en su 11 inicial, sobre sus planteamientos y el estilo evidenciado –sobretodo- en temporadas anteriores, donde su objetivo de juego ha sido priorizar el aspecto ofensivo, con presión alta trazada a través de posicionamiento largo del balón. 

Se ha cuestionado si para el técnico es elemental la presencia de un 10 dentro del campo puesto que, incluso antes de él llegar a Millonarios, se hablaba de un equipo sin dependencia del volante creativo y la importancia de que todos los jugadores estén engranados durante 90 minutos para que la maquina funcione. Sin embargo, la “Mackadependencia” desde el inicio de sus temporadas no ha sido furtiva, y para sus compañeros es muy valiosa la participación activa de su capitán. 

Tras la frase “La pelota siempre al 10” hemos guardado gratos recuerdos con nuestro querido Mayer Andrés, Johnatan Estrada, los siempre recordados 10 celestiales “JohnMa” y “Cici”, y por supuesto el jugador más importante en la actualidad del equipo; aunque no vista el número, Mackalister Silva aporta en la cancha con su juego de volante creativo natural. Este dorsal tiene su origen en la importancia que tradicionalmente se le ha dado al jugador que ocupa esa posición, siendo los habilidosos, inventivos y expertos en desequilibrar un partido a través de jugadas individuales o pases precisos que coloquialmente se relacionan con la “magia” en la cancha. 

En 2022 y luego de una tormentosa salida de su equipo anterior, que por fortuna las directivas de Millonarios supieron aprovechar, Daniel Cataño llegó para ser ese jugador diferente y necesario. Un fichaje que sorprendió e incrementó el sueño de una nueva estrella, llegada sólo un año después de su arribo a Millos en la noche más linda del mundo, precedida por la copa obtenida contra Junior. A pesar de las difíciles lesiones que ha afrontado, Cataño ha sido actual y recientemente el encargado de erigir las jugadas de riesgo e incluso dejar en la memoria del hincha algunas pinturas hechas gol.

Luego de su última y más compleja lesión, Daniel no era partícipe en la titular desde abril y le bastaron unos cuantos minutos para retomar su nivel y simultáneamente elevar el nivel de juego de Millonarios. En la cancha es evidente el cambio cuando el balón pasa por sus pies a cuando se intenta crear sin su contribución. Millonarios actualmente es un equipo completamente diferente con el 10 en el campo y sin éste; un claro ejemplo fue su salida por la molestia en su rodilla frente a Jaguares, puesto que el equipo incluso con Mackalister en el campo se mostró irregular, temeroso y sin ideas claras.  

A Daniel Cataño -así como a Macka en su mejor momento-no les queda grande aquella frase célebre, pues con su astucia y manera de liderar denotan la trascendencia de un jugador capaz de marcar la diferencia y llevar el juego hacia la victoria. Sin embargo, era oportuno comprender la necesidad de buscar alternativas en el banco que sopesen lo que un jugador como Cataño aporta en el medio campo. Que la magia surja a través de los pies del volante creativo es indispensable para Millonarios y sobretodo no desfigurar la idea de juego que ha tenido el equipo campeón 2023–I, ese mismo equipo que gustaba al público, que marcaba sin problema, que defendía con gallardía y que ilusionaba a más de uno por su juego. 

Ahora bien, no hay que ir más allá y se puede revisar minuciosamente el juego de un joven Juan José Ramírez que, aunque estamos de acuerdo en llevarlo de a poco e ir cincelando el diamante en bruto, era imprescindible que el jugador sumara minutos y experiencia para afrontar partidos más complejos. Y así poder tener la tranquilidad de que un volante 10 sea quien construya, dirija y guíe al onceno en cada batalla.

La labor entonces se cumplió en doble medida y, a todo señor todo honor, Alberto Gamero en el juego contra Envigado la entendió y evidenció, dándole la titular y confianza a Ramírez y apoyándolo con ‘Macka’ como volante mixto que pasaba a ser segundo 10. Demostró, así, que el creativo en su esquema sí es importante. Y que la magia en el medio campo para resolver partidos es perentoria.

El futuro del equipo es aún desconocido, pero esperamos como hinchas que el profe siga encontrando la manera de ensamblar todas las fichas. Que la magia y la mística vuelvan a ser recurrentes en los partidos. Que el 10 actual y los sucesivos sean responsables de los pases que cambien historias, los goles irrepetibles, y sean esos jugadores irremplazables e ingeniosos los que aporten para ser invencibles en casa y poder arrebatar los puntos que quedan para pensar en una nueva final.

Paola Clavijo García
@ojimielosa