¡Jueves de resurrección!
Un riendazo fuerte y rabioso. Un zapatazo iracundo del pie de Elíser perforó el arco de Cuadrado, como si la hinchada entera hubiese pateado ese balón desde todos los rincones del mundo. Qué alivio, qué alegría. Los últimos 21 minutos más los 4 de adición se vivieron con nervios, con esos fantasmas recientes respirándonos en la nuca. Este no se nos podía ir, seguro los millones de hinchas y los 11 guerreros que estaban dejando la vida en el Palogrande lo tenían atravesado en su mente y retorcido en su estómago.
Una última dosis de concentración fue lo que se necesitó para ganarle a un Once Caldas que también venía con una necesidad inmensa de ganar. Pitazo final, 3 puntos al bolsillo y la luz de la clasificación aún vive, se niega a apagarse. El domingo de resurrección se adelantó para el jueves, una bocanada de oxígeno más que necesaria para ahogar de una buena vez los malos resultados y seguir creyendo.
El campeón de Colombia está vivo, se levantó de entre los muertos y va a empezar a remar duro desde atrás, con fuerza, con fe y con amor, con mucho amor; ese mismo que curó a nuestro Miguel Ángel y quien dentro de poco aterrizará en Bogotá para hacerse cargo de sus muchachos y su hinchada. Miguel, no sabes la falta que nos has hecho, no sabes el amor y el respeto que te tenemos, ¡no sabes las ganas que tenemos de verte de nuevo!
El capitán del barco llega para empujar a todo vapor a este navío que muchos quieren ver encallar, pero que los que siempre hemos estado sabemos que llegará a buen puerto, a un feliz y sano puerto. ¡Salud Millonarios, salud!
Eduardo Zabalaga Escobar
@ElCholoSoyYo
