#FuerzaRomán

La noticia fue tan sorpresiva como devastadora para todos en la previa del partido con Pasto. Desde Buenos Aires llegaban noticias, Andrés Felipe Román no sería jugador de Boca Juniors al descubrirse una miocardiopatía hipertrófica, «una anormalidad del corazón, una parte crece de forma desigual», nos explicó el doctor Juan Manuel Sarmiento, Coordinador del Centro Cardiovascular de la Clínica Shaio, en entrevista con MundoMillos.

De inmediato, aparecieron las noticias relacionadas con fallecimiento de jugadores a causa de temas cardiacos, como Marc Vivien Foe con Camerún frente a Colombia en una Copa Confederaciones, incluso varios recordaron a Funes. Las inscripciones de jugadores en Argentina vencían, y como no daba tiempo para esperar a la realización de otros exámenes que pudieran determinar si el jugador podía jugar, Andrés Felipe no pudo firmar con los «Xeneixes» y regresa a Bogotá con el corazón partido, tanto que hasta se comentó desde Buenos Aires que duró «dos horas llorando» y que el siempre querido Miguel Ángel Russo estuvo acompañándolo en su hotel.

Preguntas como ¿Por qué Boca descubrió esto y Millonarios no?, ¿Acaso los «estándares médicos de Boca o del fútbol argentino son más altos que los de Millos?, ¿Qué sucede si se hacen nuevas pruebas y no se encuentra nada?, ¿Qué pasará con la carrera de Felipe? y muchas otras siguen en el ambiente, pero ya habrá tiempo de buscar las respuestas, lejos del amarillismo.

Mientras un sector de la prensa argentina señala que «posiblemente es el fin de su carrera», Gamero ratifica en rueda de prensa que «lo espera con los brazos abiertos y si todo sale bien irá a Barranquilla». Lo cierto es que en momentos como este la prioridad es Román la persona y no el jugador, ni la cifra que dejó de recibir el club ni nada de eso. En estos momentos debemos todos rodear al jugador, arroparlo, recibirlo con el mayor cariño, motivarlo y esperar que se haga nuevos exámenes para determinar un nuevo dictámen médico.

Y de parte de toda la hinchada: #FuerzaRomán

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