El día después: un equipo que trata bien al balón
No hace falta explicar que somos los mejores en este momento dulce del torneo. Nos sonríe todo: la vida, el fútbol, las opciones a balón parado, los cambios y los goles. Nuestros cuerpos absorben el éxtasis por ganar un clásico como visitantes y con el delirio propio por no creer en nadie justo en la mitad de la Liga.
Macalister y los palos, una historia sin fin. Remate de fuera del área de Herazo sumado a una definición a las manos de Silva en el segundo tiempo. Hasta Montero tuvo tiempo para ahogar el grito desaforado en el balazo de Mier en el primer tiempo. Pasó más de lo que indica el marcador. Un paseo con todas las mayúsculas del caso.
Hoy, ellos, preguntan por algo que ya nosotros conocemos: “¿dónde está el proceso?”, “¿por qué no viene Jorge Luis Pinto?”, “¿hay interna en Santa Fe?”, “¿les gusta correr?” Esas reacciones son normales: después de estrenar tapatribunas y hacer la fiesta, perder es doblemente doloroso. Así como los penales ajenos son deliciosos, también es doble victoria dejar al rival de patio con amague de crisis. Ese es el fútbol. Esto es un clásico.
Quedará para la posteridad el gol de Vásquez que, como su hermano Omar, también se vistió de gloria un día de derbi. Que el rimbombante delantero empezó como suplente por la lesión de Jader en ese choque con el portero local sin desteñir en la responsabilidad. Y que Guerra, reemplazo de Daniel Ruiz, cascado hasta el extremo, definió con sutil exquisitez ese 0-3.
Millonarios no ganó solamente por dos balones de tiro de esquina y el delicioso remate del joven del fútbol base. Tiene victoria número 119 porque entiende que la construcción encargada a Gamero puede regalar estos momentos de plena satisfacción. Atacar es la consigna. Incluso nos damos el lujo de perdonar. Pero con todas las cosas discutibles que pueda tener el embajador, ese señor de pelo crespo, obstinado, lleno de canas de experiencia, está ampliamente convencido de su sueño: es quien mantiene a flote el sueño por salir campeón, el verdadero y único adorno que le falta al mentado proceso. Por lo pronto me acuerdo de una frase de Jorge Valdano: “equipo que trata bien al balón, trata bien al espectador”.
Ellos vendrán pronto por su revancha. Habrá un pequeño descanso de fútbol nacional. Por lo pronto disfrutemos: van tres simulacros de evacuación en dos partidos grandes y uno importante.
¿Alguien tiene el número de teléfono de Wason Rentería? Quiero invitarlo a comer ajiaco.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco