Pasto Millonarios 2021

El día después: un equipo ‘best value’

La sobredosis de fútbol continúa. No hay parón alguno que detenga el rodamiento del balón. La Eurocopa coronó a ‘bella’ Italia por penales y la Copa América hoy tiene a Lionel Messi como rey indiscutido de América. Nosotros retornamos al cultivo del sueño local, a nuestro propio viñedo, que merece ver uvas maduras, con buen sabor después de la fermentación final.

La discusión puede centrarse en el invisible homenaje a nuestro diez de juventud, John Mario, ‘papito’: no se vio por ningún lado. Pero no la daremos: basta con saber que él vivirá para siempre en nuestra memoria y corazón, el mismo que ahora goza Felipe Román porque volvió a la zona derecha. Él es el mejor refuerzo sentimental del semestre después que sus biopsias hayan viajado por gran parte del mundo. A falta de Chicho Arango, qué bueno es Harrinson Mojica, con divino pase-gol. Por fin tuvo la oportunidad que merecía y la intermitencia parece tener fin para él: es hora que se sienta querido y apreciado. Llegó el mediapunta que vimos en Jaguares.

¿Qué podíamos esperar en el debut en La Libertad? El primer trabajo era vencer el miedo estadístico que rezaba que poco ganábamos allá. Actuar en consecuencia con la posición en la reclasificación del torneo era la segunda tarea: no hay espacio para los tropezones porque, aunque no salga campeón, palabra prohibida en los objetivos de la empresa, Millonarios debe ir a torneo internacional como el equipo más constante del año. Y tercero, Alberto Gamero seguirá en permanente escrutinio defendiendo la valiosa construcción que le produjo amargura al final del partido final con Deportes Tolima, cuando no obtuvo título alguno.

Hay seriedad en los golpes adversos. En el empate transitorio y con menor posesión del balón, Millonarios apostó por las individualidades. Con Mojica reemplazado y Ruiz al campo, este último regaló un cabezazo-gol para Emerson, el niño que necesita regaños. Uribe, ariete, estandarte, mandó guardar el tercer gol después de seis remates al arco con una soberbia definición cruzada. Los cuatro cambios finalizando el partido fueron la anécdota jocosa de la noche helada en Pasto.

En el cultivo del vino, hay un proceso que se llama “poda en seco”. En las estaciones frías, en el otoño, el responsable del viñedo pasa sus tijeras afiladas para revisar cada planta y retirar hojas marchitas o pequeños defectos en el tallo de la planta. Esto se hace con el objetivo de permitir que las yemas o brotes crezcan de la mejor forma en el verano y la primavera.

Don Alberto está puliendo una vid que fue finalista en el concurso local. El resultado en diciembre debe ser la mejor cosecha: una correcta amalgama del fútbol base con cuatro jugadores de experiencia. La anterior, gestada hace 29 días, todavía estaba inmadura, con sabor de raspón de tallos y poco cuerpo en la boca.

El vino que debe producirse en Millonarios tiene nombre para los especialistas: le llaman “best value”. En otras palabras: que sea buenazo, bonito y módico. Es lo que hay, ¿no?

Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco