El dĂa despuĂ©s: tranquilidad dominguera
“Siga por aquĂ, le tenemos su espacio para que pueda informar”. Le pasĂł a Luis Gabriel JimĂ©nez, viajero incansable y nuestro director. ÂżQuĂ© será sentirse más bienvenido como visitante, antes que local?
LlovĂa en Bogotá y en el estadio Deportivo Cali. La camiseta verde de los locales parecĂa negra y la blanca de Millonarios, de entrenamiento y cuello redondo, suplĂa la gris, en esas cosas extrañas que tiene el patrocinador de nuestra indumentaria. La gente azul se mezclĂł con los verdes expectantes, en esa caldera ardiente llamada tribuna occidental.
El corte de luz produjo no solo un shock eléctrico sino un sismo irremediable dentro del seno azucarero. Alfredo Arias, confundido durante 30 minutos antes del ingreso de Colorado, se cansó del mal trato y espetó que no es apreciado por la gente. “No voy a estar donde no me quieren”. Chau y adiós. Besos y abrazos para los presentes luego que los micrófonos se apagaron. Pero sus jugadores, tercos e insistentes, le dijeron “profe, quédese un partido más”. ¿Atenderá el llamado? Esa es la consecuencia de un mal resultado porque, para ellos, un empate como locales es infamia, irrespeto y amargura.
Millonarios se comportĂł como un dignĂsimo rival. Las sombras del anterior clásico perdido no fueron más oscuras para nuestra fortuna. En la interna seguramente se carean y los regaños privados tuvieron eco. Correcciones notorias. Rendimiento con frutos. Autogol, palo de Mojica y definiciĂłn exquisita de Bertel en la pasividad defensiva azucarera. Fuimos menos en la cancha, pero florecimos en la adversidad. Nos defendimos con todo lo que tenĂamos y podĂamos dar. No ahorramos ningĂşn esfuerzo. Eso es competir.
Hay motivos para la tranquilidad dominguera. Por Liga, somos el equipo con más puntos del año, que más goles a favor tiene como visitante y escuadra con más partidos ganados en la Liga. El empate final parece insignificante, pero los indicadores globales son satisfactorios. No se amarguen, por favor: piensen que anoche vimos un gran partido de fútbol.
ÂżBismark Santiago? La cara de Macalister Silva en cada una de sus decisiones, es suficiente para resaltar su soberbia, altivez y arrogancia.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco