Millonarios Cúcuta 2019

El día después: ¡Pinto, qué loco que estás!

Pasan las fechas y Jorge Luis Pinto, tan él, decide no poner los mismos intérpretes para que la orquesta descifre la sinfonía que propone. Han pasado 13 fechas y cuatro partidos de pretemporada alineando nombres y nombres, todos diferentes: hay leves desentonaciones pero eso no significa que no se puedan corregir. Pinto, tan él, tiene los mejores registros en 17 partidos, de acuerdo al periodista Cristian Pinzón: 76.4%. Trabajo más resultados es igual a la alegría.

Nachito, mi amigo, señala que después de 14 fechas, Millonarios tiene más puntos que los sumados entre Nacional y Santa Fe. Con Luis Carlos y Andrés nos encanta devanarnos los sesos: intentamos comprender qué es sistema de juego, estilo de juego y esquema de juego. Todos, con Pinto, hoy hablamos desde el utilitarismo del resultado hasta la proyección sobre el porqué Millonarios se da el lujo, y aún con limitaciones, de no repetir nómina. Desde Juan Carlos Osorio no veíamos algo parecido, solo que con “el recreacionista” (Chiqui dixit) era una rotación más agresiva.

Y ahí en ese punto de encuentro del sistema, estilo y esquema, Pinto se para desde lo más alto de la montaña observando a todos los equipos del país. Desde el amor que nos profesa, desde esa calentura de corazón, propende por dejarnos lecciones de insatisfacción permanente. Con la cabeza caliente dijo que “no todo es felicidad: quiero un equipo más perfecto en el manejo de la pelota”. ¿Cuándo carajos nos hablaron de perfección, si estábamos acostumbrados, hace muchos años, a deambular por la práctica del resultado y no por el patrón de juego? Pero Pinto se responde a sí mismo minutos antes: “no fue el perfecto partido pero el resultado es clave”. Ese señor no es ningún pendejo: podemos jugar hermoso, tener posesión, pero el número frío es el que manda.

Pinto sigue con su vara alta, esa que nosotros no entendemos ni podremos alcanzar desde la tribuna: “nosotros no pensamos en los 30 puntos, pensamos mucho más allá”. Todo un grito de guerra, una muestra de valentía, un síntoma de responsabilidad de cara a nosotros, los dolientes de la garganta en el grito sagrado: González Lasso nos regaló uno profundo previo ataque de Cúcuta y que nos despertó gracias a que Banguero, ¡por fin!, pudo soltarse de esa cuerda a la que estaba sujeto en la banda izquierda. Corazón caliente en el festejo, cabeza moderada en el resultado, mirada profunda al horizonte.

A falta de un punto para estar matemáticamente en los cuadrangulares (¿serán emocionantes?), Pinto, otra vez él, en el centro de todo, decide barajar de nuevo con su propuesta de juego. La trascendencia, palabra difícil de digerir, parece ser la consigna de su alma embajadora: quiere ganar, necesita tener victorias, porque para él es un estimulante en el dolor personal y sobre ese premio, salir campeón y cimentar un proceso de revolución embajadora. No sé si se han dado cuenta pero creo que estamos camino de buscar algo diferente en décadas, algo novedoso para nuestra generación: un patrón de juego que diga “¡ese es Millonarios!”

Joder, Pinto: ¡qué loco que estás!

Próxima parada: Copa, ante Llaneros. Otra clasificación a la vista.

Posdata: felicito a Luis Gabriel Jiménez por la evolución de MundoMillos en su impreso, web y trabajo gráfico. No es fácil sacar recursos propios para hacer feliz a la gente embajadora. ¡Clap, clap! 

Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco