El dÃa después, número 25
Han pasado casi dos dÃas luego de la derrota en Neiva, la ciudad cálida, infernal, esa que siempre nos programaban por las tres de la tarde, cuando el calor era sofocante y la humedad, asquerosa. En esa ciudad quedaron sepultadas las aspiraciones de Millonarios para ingresar a las finales del fútbol colombiano: en el 2018 no disputamos ninguna fase final en el torneo local.
El partido de Neiva resume el 2018 de forma certera: con el agua al cuello, no hubo respuestas empezando desde la forma de juego, atravesando al cuerpo técnico, con alguna culpa de los directivos y siempre, siempre, sacrificando al hincha en todo ese cóctel. El hincha, empezando el 2018, sabÃa que jugarÃa una final contra Atlético Nacional en la primera copa del año. En El CampÃn, no hubo tanta gente porque asà lo quiso la directiva: abrieron sus brazos al dinero y le dieron la espalda al asistente promedio porque, en una sociedad en crisis económica, privilegiaron que ingresarán los que podÃan y no todos los que debÃan.
Si bien los directivos no patean la pelota, ayudan para que otros lo hagan: no sabemos si las exigencias del entrenador fueron satisfechas, pero ellos trajeron algunos elementos, durante este año, que no rindieron de forma adecuada. También, pobres directivos, no tienen la culpa que se lesionen estos jugadores y que no estuvieran en el tramo final de cada torneo jugado. El pulmón de Millonarios se lesionó, volvió, se volvió a lesionar y hasta el 2019 lo podremos ver otra vez.
De los jugadores es difÃcil hablar porque, quienes no estamos en los entrenamientos, no entendemos qué puede pasar durante la semana. Si es que tuviéramos semanas tranquilas, en 2018 atacamos el primer frente en Libertadores: Corinthians e Independiente, los más bravos del cartel. Volviendo a revisar lo que pasó en los partidos de local, pudimos ganarles, pero la mala punterÃa, sumada a la jerarquÃa necesaria para afrontar estos torneos, jugó en contra. Ambos sacaron puntos como local y no pudimos remar como visitante. Adiós al primer sueño del que no pudimos despertar en el torneo nacional, cuando también nos quedamos por un gol.
Si fuimos fuertes como locales en el primer torneo, en el segundo semestre cedimos puntos de forma innecesaria, más de la mitad, para no llegar a fases finales de torneo. Con la Sudamericana entre pecho y espalda, pasamos bien a los paraguayos, pero nos quedamos con el rivales de patio por la misma razón que quedamos eliminados en el primer torneo de liga: por un gol. Ese duro mazazo nos llevó a seguir deambulando con alguna posibilidad hasta la última fecha. Ni hablar de la Copa, por favor… Sà hay calculadora que aguante, pero no hay estilo de juego y ganas de ganar en este duro momento.
Tal vez llega el momento de tomar decisiones con muchas pinzas: ¿es hora que Don Miguel no tenga cabida en el proceso de 2019? ¿Será que el sistema de juego no es el adecuado y los directivos, que no saben de fútbol, le pedirán al técnico que lo cambie? Si cambia, ¿llegarán los jugadores adecuados? ¿Y si no cambia, también llegarán otros a reforzar el sistema? ¿Qué profesionales van a llegar para el 2019? ¿Hay dinero para invertir cuando un partido de playoff vale 1.500 millones de pesos y no los tuvimos en 2018?
Por lo pronto, nos despedimos del torneo frente a Santa Fe como locales: al menos, jugadores, regalen la camiseta al final del partido. Es lo mÃnimo.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco