El día después, número 24
Todavía está retumbando el poste horizontal del arco norte, aquel que no dejó convertir el que podía ser el gol de la esperanza para ingresar a los ocho clasificados. Hauche se sigue lamentando y eso no pasa desapercibido.
Millonarios no es el equipo más ganador de local: sufrió empatitis crónica el segundo semestre del 2018; jugadores claves en posiciones específicas, se perdieron partidos importantísimos en los tres torneos. Todo esto jugó en contra del equipo, aunque el descanso de dos días mejoró el rendimiento del juego: estuvieron más sueltos, jugaron con más armonía, pero solo alcanzó para un empate ante el vigente campeón colombiano, el Deportes Tolima.
Quien volvió para convertir, y cuando más se necesitaba, fue Ovelar: el paraguayo lo intentó con el espacio que siempre se gana en la cancha. Es el que más pivotea, el que más genera juego por el centro; desde las alturas tiene visión de juego y encontró, gracias al ingreso de Salazar, una pequeña grieta en el poderoso sistema defensivo de la visita. La mandó guardar cuando había desperdiciado una, frente al arco, porque la pelota venía picando desde el pase producido desde la derecha. El punto negativo fue la lesión de Ayron: lo extrañaremos demasiado por su entrega y devoción hacia la camiseta. ¡Vuelve pronto, goleador!
Luego y con el gol del Tolima (un riflazo que no pudo atajar Faríñez), Millonarios intentó sin éxito volver a vulnerar el arco rival. Tuvo opciones suficientes para adelantarse en el marcador, pero la mala puntería o la falta de definición no quiso que pudiéramos festejar otra vez. No hubo lamentos ni reproches sonoros desde la tribuna: los asistentes entendieron que este fue el mejor partido del embajador en este semestre, pero el equipo no tuvo recompensa para salir airoso, victorioso, pensando en que será real clasificarse a la siguiente fase.
No es claro cómo Millonarios podrá seguir en carrera para disputar el título de diciembre. Por el momento, hay que ganar los dos partidos que siguen, Huila en Neiva y Santa Fe en Bogotá. En este instante, dependemos de otros y eso reduce cualquier posibilidad. ¿Tenemos lista la calculadora?
Posdata 1: hay que pedirle a Millonarios FC que hable seriamente con la logística que paga; no es posible que ingresando a una tribuna que tiene abonados de más de diez años, estos últimos tengan que pelear su puesto con personas que no respetan el puesto porque “el de logística me dijo que podía sentarme donde quisiera”.
Posdata 2: la Policía Nacional, en cabeza del Coronel Hernán Meneses, le ha enviado una comunicación, a manera de sugerencia, donde informa que “barras populares y visitantes, se ubican en una misma tribuna, cuando lo que se debe buscar es la seguridad de las personas del estadio”. Instamos la a Señorita Estefany Barrero, delegada de la Secretaría de Seguridad de la Comisión Distrital para la Seguridad y Convivencia del Fútbol, que no ignore este y otros temas mencionados en la carta. Es verdad: quienes se portan mal dentro y fuera del estadio, por cuenta de un equipo de fútbol, no merecen premio. Pero mucho ojo: no son todos. Ojalá la tribuna sur sea abierta nuevamente para las barras populares del equipo. Esto por recomendación de la Policía, nadie menos.
Posdata 3: hasta en juveniles, hay que ganar los clásicos. Bien por la Sub20 que avanzó a la siguiente fase del torneo, con la visita de Don Miguel como espectador. Y hay gente que dice que el comandante “no trabaja”. Qué pena.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco