Caldas Millonarios Semifinal Copa Ãguila Ida

El día después, número 18

Hay preocupación en el ambiente.

Luego de la dolorosa derrota ante Santa Fe por Sudamericana, la reacción que esperábamos no fue nada acertada. Viajar a Manizales para enfrentar la semifinal de Copa (“algo habremos hecho bien para estar ahíâ€, dijo Don Miguel) solo quedó para el recorrido de aeropuertos: fue derrota sin actitud.

Durante 90 minutos, hubo reproches entre los jugadores: está bien entregar mal un solo balón, eso puede suceder, pero que sea persistente, es un indicio que las cosas parecen encaminarse hacia otro lado y no sabemos cuál es. Este equipo, que no era vulnerado constantemente, es un manojo de nervios en la defensa y con quiebre de cintura incluido para Bertel, nos convirtieron en menos de 600 segundos. ¿Quién tuvo la culpa? ¿Faríñez porque era pelota de cinco con 50? ¿Cadavid que no supo ver la trayectoria del balón? Quién sabe. Pero hay algo claro: no le pueden convertir un gol a Millonarios con ¡nueve! jugadores en el área.

Durante los 80 minutos siguientes, el mismo cancionero del equipo de Don Miguel: mismos cambios, fastidio entre los jugadores, calentura de parte de Marrugo (que parece no estar al 100%), sin hilvanar tres pases consecutivos y nulas llegadas de gol. El cansancio físico que parece acusar la plantilla por el corre-corre de Liga, Sudamericana y Copa, no permite estar satisfechos: reflejados en los pucheros de Marrugo, al ser sustituido en el segundo tiempo, la desazón es incontrolable. Otra vez San Wuilker tapó un penal, mal sancionado por Nolberto Ararat y Miguel Roldán, permitiendo la posterior queja en la rueda de prensa. Y otra vez, “lavarse la cara, comer, dormir†y regresar a Bogotá.

Hay teorías para todos los gustos por este amago de crisis que tiene el equipo. Que “se le están parando†al cuerpo técnico es la más agradable a los ojos de algunos hinchas: con eso, justifican que se debe acabar hasta con el nido de la perra y “que se vayan todosâ€. Otros, piensan que es un tema de planteamiento táctico: el cuerpo técnico ya lo varió tres veces (pasando del mentado 4-3-3 al 4-1-4-1, incluso por momentos con el 4-2-2-2, como pasó anoche) y no hay respuesta de los jugadores. También, hace eco que se han perdido fichas valiosas en este torneo, como John Duque (el alma, el pulmón del equipo) y Matías de los Santos. Pero hay una que no se ha mencionado: motivación. ¿Qué haría feliz a esta plantilla? ¿Un asado de integración? ¿Una tarde de spa? ¿Tener una noche con sus familias? ¿Habitaciones individuales en el Bogotá Plaza? Sin que una golondrina haga verano, ¿Carlos López no puede echar una mano? ¿Sería diferente si Santiago Montoya estuviera jugando?

Todo es un misterio. Teniendo una de las mejores nóminas del país, Equidad y Once Caldas en la vuelta de esta llave, serán jueces del segundo semestre de 2018 y, por qué no, del año entero. Cuidado: eliminados de Libertadores y de Sudamericana. Un ojo ahí.

Próxima parada: lunes, Equidad, en el Nemesio. Necesitamos reacción urgentemente. Y que la motivación sea “gasolina de aviónâ€.

Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco