Fortaleza Millonarios 2022

El día después: la grandeza del like y la pequeñez ante el sistema

Para el primer partido de ida por Copa, ante Fortaleza, escribí una opinión muy corta para el Magazine de MundoMillos titulada «El club de la falsa diversión». Ese texto fue replicado en redes y recibí un poquito de odio cobarde: que soy «la Vicky Dávila de la página», que escribo terrible (es verdad), que no sé redactar (también) y seguramente otras cosas. Sin embargo, nadie me desmintió cuando afirmé que esa institución fue investigada por la SIC, debido a prácticas de cartelizacion con varios contratos de fútbol y coacción en listas secretas para vetar jugadores profesionales.

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Con base en lo anterior y ya que hay un poco más de amplitud, lo diré más abiertamente. Ellos tienen un trabajo de redes sociales fuera de lo común. Se preocupan por la manera como forman profesionales mediante la academia. Su camiseta es divertida. Tienen hinchas genuinos y pacíficos. Hasta hicieron hablar a Pedro Franco: ¿les metieron mano descarada en ese ascenso a Liga? Al final, creo que Fortaleza quiere proyectar la imagen de institución amañadora, de «bálsamo» para el fútbol. Pero cuando señalé que de forma administrativa adoptaron actitudes similares a las de tantos clubes colombianos viejos y rancios, coartando el núcleo laboral del «deber ser» en cualquier empresa, muchos saltaron en redes sociales para defender la forma más no el fondo. Algunos trolls y cuentas falsas, se activaron. Además, otros hinchas de Millonarios se movieron en contra, agredidos, como si quisiera pisotear directamente el credo azul. No sabía que para ellos el amor es «miti-miti».

El discurso en internet está mediado por la emoción del momento, el odio y el anonimato. Esas tres condiciones crean un ambiente turbio: si algo me gusta, lo defiendo con vehemencia y es una afrenta que se metan con algo que me divierte, así sea falso. En ese orden, Fortaleza ha creado otra hinchada especial: la que ‘tribunea’ en espacios virtuales. Ese club ha desarrollado una ‘gruppeta’ de fanáticos del fútbol del siglo XXI más afanados por la forma, antes que por la sustancia. Son una masa que aplaude el disfraz y a la que no le interesa discutir quién lo viste. Ya que la grandeza ahora se mide en likes y vistas, ellos son los reyes y no hay parangón. Comparados contra la realidad del sistema del fútbol nacional y sus instituciones, son pura pequeñez. 

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Fortaleza quiere caer bien y generar simpatía: tribuna norte para la barra popular azul; descuentos a los rivales abonados de otro equipo; cambio de localía, de Techo hasta El Campín; y ronda en los medios partidarios azules, MundoMillos incluído, enviando discursos pregrabados. Aún con todas esas actitudes tan benevolentes, mi dogma futbolero me indica que un club realmente serio no le daría tantas ventajas al visitante. Ellos serán grandes, pequeños o medianos. Ustedes definen eso. Para mí, seguirán siendo el club de las apariencias, síntoma de nuestros tiempos frenéticos.

En esa corta y mala redacción del pasado, pregunté si sabían algo sobre la pesquisa de la SIC. Pues Alejandro Pino Calad (@pinocalad), siempre pendiente y bien dateado, habló hace unos días sobre la mentada investigación contra esos diez equipos, entre ellos Fortaleza. Lastimosamente fue archivada, como muchas cosas en este país. Se firmaron unos compromisos en el papel, ese que aguanta todo. Una especie de borrón y cuenta nueva para el «club del futuro» y otros más, como viejos morosos en Datacrédito. Aquí no pasó nada. Todo quedó debajo de la alfombra.

Hay algo que castigan en el colegio: pensar diferente. Entonces, por favor llamen a mi acudiente para firmar el observador de la Coordinación de Disciplina del Colegio Fortaleza. Cuando sea mi turno en la oficina del Presidente Barato, iré con gusto. Bien pueda señor CM y gran agencia de comunicación enviar su ejército virtual, porque al real no le interesa entrar en estas discusiones. Al final, me acordé de mi maestro Jorge Carrión cuando escribió en The Washington Post sobre la cantante Rosalía y su discurso «motomami», luego de un concierto en Palma de Mallorca: << todo esto es una gran coreografía mental >>. Fortaleza la tiene bien hecha.

Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco