El día después: ¡gol, hijueputa!
¡BOOM! Una y otra vez las bombas de estruendo aturdieron el ambiente desde las cuatro o cinco de la tarde. Dentro y fuera del Nemesio Camacho sonaba cada descarga explosiva a destiempo, sin ritmo, sin parangón, con Wallflowers y ‘One headlight’ en los parlantes del estadio. La bomba que DIMAYOR y su tribunal de disciplina soltaron horas antes del compromiso, pidiendo descargos a Jorge Luis Pinto por sus dichos ante la prensa post partido ante América, tuvo el mismo eco que la pólvora estallada.
Nada más condimentado que un steak a la pimienta o un entrecot francés, excepto este partido ante Unión Magdalena. Los ecos de una visita polémica al Valle de Cauca todavía resonaban en la mente de los jugadores, la prensa y los hinchas, sin hablar de nuestro director técnico. El gol de González Lasso (¡qué dulce que está, como la abeja al panal!) permitió que Pinto gritara el gol con un sonoro “¡GOL HIJUEPUTA!” mirando a quien sabe quién cerca del área técnica. La anotación fue un desahogo para los 15.000 asistentes: un gol convertido con rabia, con amor propio, señalando que nos quieren ver muertos y que vamos a pelear hasta el final.
La memoria del partido también dirá que a los 75 minutos, más o menos, Pinto pidió regulación para sus jugadores: bastaba con el 1-0 pero el hincha siempre quiere y pide más, no solo por la condición, local, sino porque el primer ítem de desempate serán las anotaciones. Esa baja de presión hacia el rival le permitió a Unión destacarse los últimos minutos, con varios tiros directos al área: siendo honestos, nunca le crearon verdadero peligro al arco custodiado por Wuilker y eso, que se puede llamar confianza o soberbia, pudo jugar en contra porque terminamos contando segundo por segundo de los seis minutos de adición dictaminados por Nicolás Gallo.
Plano, apático, hacia atrás, sin profundidad: esa es una lectura del partido. Tranquilidad, experiencia, el próximo partido es bisagra: otra radiografía del mismo. Pinto quiere ganar el cuadrangular con puntos más no con diferencia de gol: fin del comunicado y no se discute más. Él tiene unos días para plantear tal vez el partido más difícil del semestre y también su defensa ante la citación emanada desde DIMAYOR. Alguna vez, en una entrevista con “Los Informantes” fue claro y certero: hace años lo llamaron para amenazarlo si sacaba pruebas de malos manejos. Fue contundente en su respuesta en altas horas de la noche: “pues me van a tener que matar, hijueputas, porque las voy a sacar”. Estamos con usted, Jorge Luis.
Próxima parada: Estadio Municipal de Ipiales. Un volcán por sortear.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco