El día después: esperando una tarde redonda
No hay muchas diferencias. Hay equipos que juegan mal y que juegan bien. Existen técnicos para los que prevalece la idea el día de partido y que ponen mano dura en los entrenamientos. Con el encuentro pasado, el de los siete goles, se atrevieron a calificar el ataque de Millonarios como una “sinfonía”. Puede ser. Solo que anoche, la verdad, apenas pasó como un cuarteto de cuerdas. Todo tiene explicación para no anotar. Mientras tanto, los embajadores juegan bien. No hay antónimo.
No faltó determinación en el ataque embajador. Simplemente Medellín quiso que fueran anulados porque hay valor en la grandeza táctica, expresada por un tipo que lleva años repitiendo lo mismo, como ‘Bolillo’ Gómez. Los rivales ofrecieron pasajes de buen fútbol y pusieron a volar a Juan Moreno en dos ocasiones: no se necesita tener el balón todo el tiempo. Basta con una finta, dos tacos, algún firulete, para que las cosas salgan bien. Tal vez pasó que nos quedamos embobados pensando cómo queríamos atacar. Solo alcanzó para un empate. Si le gusta la táctica, repita este partido: encontrará que los menos mencionados por los comentaristas, fueron muy determinantes en el resultado. Un planteamiento estratégico y delicioso.
Hubo correcciones y muchos aciertos. El primero fue Llinás: sólido, una roca, con amarilla por reiteradas faltas, más no por deslealtad. No duermas, Matías. Así, el sistema defensivo tuvo una gran noche. Esa manera de jugar al fútbol, hacia atrás y que tantos dolores de cabeza produjo en Zipaquirá, ayer fue solvente y efectiva. No hicimos tanto daño, es verdad, pero no dejamos que ellos nos produjeran comezón. Todo fue efectivo y lúcido. Si la suerte nos acompaña, porque tenemos juego, esperaremos la oportunidad de ver semifinales así, contra equipos difíciles que no regalan espacios. No desesperen: ya vienen más goles de los delanteros.
Llegará el día que Daniel Ruiz sea titular. Algún día lo veremos dirigiendo este equipo. No lo hemos visto explotar por los pocos minutos en cancha, pero es un bálsamo para el equipo. Correlón, atrevido, con criterio. Llegará el día que Harrison Mojica pueda aportar: por ahora la decisión técnica es que él se quede fuera porque, como lo expresó Gamero mostrando un poco de molestia, con Chicho y Ruiz basta y sobra. Guarín viajó, vio a sus hijos y les dejó ropa oficial: linda postal, además.
Más adelante vamos romper las líneas de equipos tácticos, rocosos, porque Millonarios inicia la consolidación del mentado proceso. Necesitamos otra tarde soleada y redonda. El próximo domingo, ante Pereira, puede ser ese día.
Y cuando me levanté, el invicto seguía ahí, campante, engordando.
Leandro J. Melo C.
Twtter: @lejameco