Con los niños y las niñas NO
Era el minuto 80 del partido. La tribuna en llamas, al unÃsono de un ‘movete, Millos, movete’ que aunque siempre he odiado ayer era más que merecido por lo visto en la grama de El Campin. Y mientras todo esto pasaba, veÃa a pocos metros a dos niños que no tenÃan más de 7 años jugando con una de las bombas azules que adornaron la salida del equipo antes del pitazo inicial.
La imagen me pegó, porque esos dos niños estaban felices en su mundo, jugando a ser aquellos a quienes venÃan a ver en la cancha y que no correspondieron a la expectativa que tenÃan, porque los imposibilitaron de gritar un gol y de celebrar un triunfo. El contraste éramos los de la tribuna, un conjunto de adultos amargados, frustrados, con rabia e impotencia por el presente de un Millonarios opacado, confundido y lejos de la mejor versión que pudimos ver hace tan solo un año (tan solo un año, como es de efÃmero todo…).
Esos dos niños no entendÃan bien lo que pasaba. Ignoraban los putazos, los gritos y la algarabÃa por centrarse en su juego, patrocinado por sus papás y las personas de logÃstica que comedidamente les pasaban la bomba cuando se les iba a la cancha. Seguramente ellos llegaron cansados a sus casas, durmieron sin problema, se levantaron felices para sus colegios (sin amargarse la semana) y olvidaron lo vivido en la noche nefasta del 19 de mayo.
Pero hubo dos niños que no llegaron felices a su casa, llegaron con miedo, llanto y tristeza por cuenta de algunos energúmenos que los insultaron sin piedad ni motivo. Esos niños son los hijos de nuestro capitán, referente e ÃDOLO David Mackalister Silva Mosquera. Si usted es el hincha que hizo eso y está leyendo este texto déjeme decirle que usted es un cobarde y un hijo de puta.
Los niños y las niñas no tienen absolutamente nada que ver con todo esto. No podemos cargarlos con insultos y gritos bajo ninguna circunstancia, esa es una forma de violencia que para un menor de edad puede tener una afectación gigantesca. No es justo con ellos ni con su papá, un enorme profesional quien en la zona mixta casi en lágrimas tuvo que explicar a la prensa lo sucedido con la impotencia de no haber podido proteger a sus hijos, como le corresponde a cualquier padre.
Esto no anda bien. La tensión en la tribuna después de los partidos contra Bolivar, Palestino y Bucaramanga es notoria y mucha gente ya no está disfrutando el ir al estadio, algo que deberÃa ser algo más reconfortante y placentero que cualquier otra cosa. Si van a pasar este tipo cosas como las de los hijos de Macka, mejor que se acabe la temporada ya (como creo que va a pasar pronto) o juguemos a puerta cerrada, porque no tiene ninguna justificación.Â
Soy papá de una niña de 4 años y me sueño con llevarla vestida de azul al estadio por primera vez, pero este tipo de cosas no hacen más que abrirme miedos y dudas sobre si debo hacerlo o no. Ojalá se pueda identificar a esos imbéciles y que jamás vuelvan a pisar un estadio de fútbol, esta hinchada tan noble y leal no puede ser representada por ese tipo de gente.
Esto también es una invitación para que pensemos la forma en que estamos viviendo esta pasión y analicemos si es sano para nosotros y nuestro entorno, porque se están excediendo los lÃmites.
Toda mi solidaridad para nuestro capitán y su familia.Â
Por Andrés Rey Hernández
@andresreyhdez