Canto de gol: De 10 en 10

Alexander, su esposa y su pequeña Mara de casi dos años compartieron una charla con nosotros en la previa del partido. Los tres, como una de las familias más azules que he visto, saltaban, cantaban e impregnaban a su bebé del amor y el orgullo que implica ser hincha de esta locura llamada Millonarios. Alexander aguaba sus ojos, además, contándonos del trapo de mano que llevó a la tribuna sur del Rodrigo Paz Delgado, en honor a un amigo de su familia que falleció hace unos meses y no pudo cumplir su sueño de viajar a Quito. 

El mejor 10 para resaltar y felicitar en este jueves de fútbol continental es el de ellos tres, el de los que estuvieron en occidental, el de quienes ocuparon los palcos de ambos costados de la cancha, y el de los que pagamos $7USD: el 10 fue la hinchada. Con carretera bloqueada, con trayectos completos por tierra desde Bogotá hasta la capital ecuatoriana, con esfuerzos económicos y logísticos para viajar incluso el mismo jueves y, mientras hacíamos fila para entrar al estadio, ellos estaban llegando al aeropuerto Mariscal Sucre a buscan un taxi con afanosa ansiedad. El de todos los que trasnochan en Europa, sufren en Estados Unidos, y se persignan en Bogotá y Colombia. Todos, todos los que, literalmente y como canta la barra, dejan siempre todo lo que tienen que hacer porque a Millos lo van a ver. 

A los otros 10 no los añoramos por ausencia, sino por falta de protagonismo. Porque no fueron uno ni dos sino TRES que parece nunca lograron entenderse ni dejar de sentirse torpes e incómodos; tal vez Cataño fue el único de ellos que algo logró, al calentar a Gregori Anangonó y crear su amonestación. Alberto Gamero justamente lo reconocía en su rueda de prensa: buscaba posesión y manejo, pero le tocó cambiar las posiciones tres o cuatro veces tratando de encontrar que ese tridente cuajara un enroque perfecto. Un pataleo que nunca funcionó.

¿Con cuál esquema jugar la revancha? ¿Con cual 10 fijo que se responsabilice de las riendas azules? Una semana con Manizales de por medio será el plazo máximo para que el enigma sea resuelto por el cuerpo técnico. Pero -insisto con vehemencia y como lo recalcó ‘Macka’ en nuestra zona mixta el mejor diez fuimos los hinchas. Alexander y su familia pagaron tres tiquetes con sumo esfuerzo, Mara tendrá fotos e historias maravillosas que le contarán para ir a dormir y le dirán que cumplió el sueño que muchos logramos hasta ser adultos, y “Banana” fue recordado y honrado por sus amigos que lo llevaron en su alma en un hermoso y puro homenaje póstumo. 

El canto de gol para acompañar este viaje culminado es ‘Diez lágrimas’ de Los Hermanos Lebrón: https://youtu.be/DRD43y5AAAI 

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano