América Millonarios Cuadrangulares 2023

Canto de gol: Comala

En ‘Pedro Páramo’, la primera y más reconocida obra del escritor mexicano Juan Rulfo, un joven perdido y recién huérfano de madre va a un pueblo igual de perdido en tiempo y espacio a buscar a su padre, sin saber muy bien para qué.

En su andar y su escuchar, Juan Preciado se va encontrando con varios andariegos que se resignan a reconocer su fatídico y real destino. Cuando Luis Matorel pitó el final del 2-1 contra Medellín nos volvimos todos espejos de esos personajes de Rulfo, aferrados a la ilusión propia de nuestra naturaleza de hinchas enamorados de Millonarios, pero sabiendo muy en el fondo que depender de otros casi siempre nos pone contra las cuerdas en un knock-out cantado.

Pero entre la media noche de jueves y las 3:00pm de domingo seguimos haciendo cuentas, seguimos soñando con hacer nuestra tarea y esperar un milagro en los dos juegos restantes del DIM, seguimos creyendo que estábamos vivos. Pero cada gol que encajaba Nacional era como un sacudón de hombros y un llamado a abrazar la realidad. Y varios -no sé qué tantos- seguimos aferrados a las posibilidades tangibles y a nuestra labor como hinchas: siempre creer y siempre soñar.

El partido que se disputó entre las 7:00 y 9:00 pm me mostró que los eliminados intransigentes no éramos sólo los hinchas; el cansancio físico, la resignación de la fe y el agotamiento mental de los jugadores y cuerpo técnico de Millonarios se tradujeron en que Leo fuera el único al que se le vio sangre y lucha, que hasta el inmenso Stiven Vega se viese amateur, que el capitán Macka dejara la sensación de que debió quedarse en recuperación en Bogotá y que, maldita sea, Sander se fuera entre lágrimas vociferando «otra vez»… Otra vez una lesión del lateral, pero otra vez los panes quemados en la puerta del horno.

Comala es aquella tierra espectral a donde Juan va a buscar a su padre Pedro Páramo. Y Colombia se convirtió en esa misma tierra en la que, en tres días, los que hacemos parte de Millonarios fuimos muchos ánimas negadas a entender que nuestro fin en el camino 2023-2 ya había llegado. Ojalá en este diciembre los jugadores puedan de verdad descansar con sus familias todo lo que en el año les hizo falta, duerman mucho y viajen sólo por placer; y que en el Club entiendan que para enfrentar Liga, Copa y Libertadores cuentan con un grupo humano, no con máquinas que pueden encarar todo ello más mil amistosos sin fundirse en el intento.

El canto de gol que me acompañó para escribir esta columna fue ‘Everybody’s Changing’ de la banda inglesa Keane: https://open.spotify.com/track/0yac0FPhLRH9i9lOng3f81?si=vFNwQOvuS2GnieqBFUZRFg o https://youtu.be/RSNmgE6L8AU?si=X-yWbCoVb0ePvphL

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano