Canto de gol: a mis amigos

La semana que estamos viviendo desde antier hasta el próximo domingo está para no salir de la sala de emergencias, para seguir con un leve dolor en el miocardio y rogar porque nunca nos despierten de este sueño llamado Millonarios. Pero como si no fuera suficiente, habrá un ingrediente más en mi vida que la convertirá en el símil humano de un Sky Coaster.

Luego de graduarse de la Distrital –en donde lo pude acompañar- Nando Gómez se fue a radicarse e iniciar un nuevo camino en España hace casi nueve años. Con él nos conocimos iniciando un proyecto personal de Millonarios al crear y escribir para Azul en 5 Matices, y con el tiempo la amistad que será para toda la vida se forjó de la forma más sencilla y natural, ambos siguiendo a Millos en todos los partidos y compartiendo noches de rumbas, partidos de River y muchos pensamientos y maneras de ver la vida que tenemos en común. Llenar el álbum de Millos juntos, compartir dos 18 de junio en las marchas en las que recorríamos toda la ciudad desde Tunjuelito hasta el Estadio El Campín, pintar dos trapos para despedir a Hernán Torres en su juego contra Once Caldas y a Ricardo Lunari cuando tenía aún chances de no ser despedido, y tantos y tantos goles celebrados antes que en ese 28 de octubre se fuera a reencontrar con su familia en el aeropuerto de Madrid.

Paralelo a los meses de su partida conocí a quien hoy es mi mejor amiga. Carito Melo era la exnovia de un amigo y nos conocimos en una reunión en la que nos presentaron. Ése y otros dos encuentros más bastaron para que entendiéramos las dimensiones incomparables que la pérdida de un mejor amigo por su partida de este mundo puede trazar, cuando dos potenciales amigos que comparten una tragedia como tal se encuentran en la vida. A Caro y su familia también los acompañe cuando ella logró sacar su carrera y título profesional adelante y, salvo un par de excepciones, desde que nos conocimos siempre hemos sido abonados y hemos compartido juntos todas las campañas de Millonarios, incluyendo la maravillosa 2017, que nos vio llegar a las 6:30 am a la fila del Royal Center para comprar la boleta de la final de ida y llorar juntos la de vuelta en mi apartamento, con nuestras mamás detrás nuestro acompañando nuestra felicidad.

Estamos muy cerca de vivir una nueva final del FPC en la que podemos ser huéspedes y protagonistas de un final feliz, con perspectivas personales tan extrañas como particulares. Hoy Caro se va del país a vivir una nueva aventura, dejándome la tarea de gritar y llorar por los dos cada acción importante y cada éxito de nuestro Millos, al tiempo de atestiguar cada uno de sus pasos en otras latitudes desde Bogotá. Dos días después Nando regresará a Colombia, para que vivamos juntos la mayor cantidad posible de partidos azules, empezando por nuestro próximo destino boyacense y un trayecto hacia el único estadio que visitamos juntos antes de su partida: el Independencia de Tunja. Con ambos en circunstancias diferentes, pero como si uno simplemente fuese una sustitución del segundo tiempo del otro en mi vida, respiraré este junio plagado de emociones e infartos dignos de quien ama a Millonarios con dos amigos que el Club me regaló para siempre.

El canto de gol para desearles buenos viajes, buenos regresos, decirles que los amo y que seguiremos a Millonarios juntos donde sea que estemos, es ‘La Vida’ de Los Fabulosos Cadillacs: https://www.youtube.com/watch?v=AbPzQHxAc9Q&ab_channel=LFCVEVO

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano