Aguilas Doradas Millonarios 2021

Un Karma llamado Águilas Doradas

El 30 de agosto de 2015 fue la última vez que Millonarios pudo ganarle a Águilas Doradas, el equipo que más veces ha cambiado de sede para ser local en la primera división. Ese día fue 2-0 con goles de Máyer Candelo y Jhonatan Agudelo. Han pasado casi seis años y diez partidos desde ese día, y el Embajador nada que logra ganarle al joven equipo antioqueño, ni en Bogotá ni en Rionegro, la casa del equipo desde 2016.

El Karma sigue: Águilas Doradas primero se llamaba Itaguí, luego se llamó Águilas Pereira y hay gente que lo conoce como «Rionegro Águilas» (ni el nombre es claro), ha jugado en tres estadios distintos en su corta historia en primera división (desde 2011) y Millonarios nunca le ha podido ganar en condición de visitante, no pudo cuando jugaba en Ditaires (solo ganamos por Copa, y para que siga el Karma nos sacaron por penales), no pudo cuando jugaba en Pereira y no ha podido en cinco partidos en Rionegro, el único estadio de primera en el que el Embajador no conoce la victoria.

Desde ese 30 de agosto de 2015, Millos registra ocho empates y dos derrotas frente a Águilas. Esas dos derrotas son, justamente, las que marcan la diferencia en el historial de enfrentamientos directos. Increíble, los pocos hinchas de Águilas pueden darse el lujo de decir que tienen paternidad sobre Millonarios, el equipo más histórico del país. Y en el Alberto Grisales, ese estadio que parece embrujado para nosotros, Millos solo ha convertido dos goles en cinco visitas, y no convierte allá desde hace tres años, en la derrota 1-3 cuando Hernán Torres dirigía a los antioqueños.

Del 30/08/2015 al 23/03/2021 han pasado un montón de cosas en la vida de quien escribe estas líneas: me separé, dejé de fumar, cambié de hogar, tuve cinco empleos distintos, nació MundoMillos, mi sobrino menor conoció El Campín, hice un posgrado, me fracturé un pie, salí del país siete veces, hasta apareció la dichosa pandemia… y con todo y eso, Millonarios nunca le pudo ni le ha podido ganar un miserable partido a las Águilas.

Hay antirachas que se convierten en karma, como cuando duramos 11 años sin poderle ganar como local al Once Caldas (entre 2000 y 2011) o los seis años sin poder vencer a Nacional (2000-2006), enfrentar a Rionegro Águilas se ha convertido en eso, en un karma que parece interminable. No solo no ganamos, sino que por alguna cosa de la vida justito ese día no hacemos un buen partido. La situación aburre y cansa, tan infame como inaudito.

Twitter: @elmechu