Tropiezo azul en Barranquilla
Los pongo en contexto: minuto 90, pelotazo largo a campo juniorista, el local falla en defensa por primera vez en todo el partido, la pelota le queda a Cortés, que gana el duelo con su marcador y sirve a Jáder quien ve que Viera le sale y le trata de picar la pelota. El balón se va lentamente al segundo palo y se mete en el arco sur del Metropolitano. Millonarios, que habÃa jugado el peor partido de 2022 y no habÃa rematado al arco en todo el cotejo, se encontraba con el empate, tan inmerecido como milagroso. El estadio se quedó en silencio. Era un gol de otro partido, pero un gol que valÃa un puntazo.
Pasaron dos minutos desde ese suceso y la celebración del equipo en Oriental Sur. Luego Junior sacó del medio, vino un centro al área, Murillo cortó como pudo, el rebote le quedó a Carmelo Valencia que remató mordido, pero con la suerte de que el balón pegó en las nalgas del mismo Murillo, desvió su trayectoria y se metió igual de lento por el arco norte. De la nada habÃa llegado el empate y en un abrir y cerrar de ojos se esfumó inmediatamente. El local ganó 2-1.
Ahora bien, más allá de esos tres minutos de frenesà emocional para ambas hinchadas (el público azul ya habÃa abandonado en su mayorÃa el estadio cuando llegó el 1-1 y el público juniorista estalló en júbilo con el 2-1) hay que analizar el juego, y en el juego Junior fue más que superior. Juan Cruz Real quiso poner tres volantes centrales y esa estrategia sirvió para que, por primera vez en mucho tiempo, el Millos de Gamero fuera superado y neutralizado completamente por un rival en todas las lÃneas y desde lo táctico.
Millos fue un conjunto de errores en defensa (Walmer Pacheco hizo lo que quiso por la banda derecha ante Murillo y Bertel), los mediocentros fueron escalonados y se llenaron de malas entregas, los números dirán que el equipo hizo posesión de balón pero todos eran pases a los lados o hacia atrás, el medio campo ofensivo estuvo desconectado todo el partido (ni Macka, ni Ruiz aparecieron y eso fue suficiente) y a Herazo la pelota ni le llegaba. Tampoco hubo remates a puerta. Y Montero era la figura que sacaba todo lo que le tiraban para mantener al equipo en el partido, eso sumado a que Borja sigue negado con la red. Millonarios la sacó barata en Barranquilla.
Para completar, Celis entró por Gómez y no duró ni 20 minutos en cancha, se hizo sacar una amarilla rapidito y le perdonaron la roja; ahà le dio paso a Gómez que se inventó la jugadota del empate. También entraron Jáder por Herazo, Cuenú por Llinás (que habÃa recién salido de una gripa) y Guerra por Perlaza. Pero el equipo jamás remató a puerta, y si sufrió los ataques de un Junior aplicado, rápido y ordenado, que desde lo táctico nos ganó el duelo de inicio a fin.
Era un partido muy flojo de los nuestros hasta que llegó ese gol milagroso que parecÃa encaminarnos. La estábamos sacando barata y parecÃa «suerte de campeón». Lamentablemente, fue una ilusión, la falta de concentración volvió a pasar factura y perdimos. Y los viejos fantasmas de lo que sucedió en el cuadrangular del semestre pasado, cuando dejamos perder siete puntos en los últimos minutos, aparecieron de nuevo.
Millos bajó al segundo lugar del grupo pero sigue dependiendo de sà mismo para llegar a la final. La parte más dura del calendario ya pasó con un punto de seis conseguidos y ahora sigue enfrentar en casa a los dos rivales de peso del cuadrangular. No podemos fallar.
Twitter: @elmechu
Esta es la Ficha Técnica del partido.