Patriotas Millonarios 2020

Tres puntos con el pincel de Román

Stiven recibe el rebote, levanta la cabeza, mete un pelotazo a la banda derecha. La pelota parece morir, pero Macka no lo permite, recibe, frena, mira, pasa. Román recibe y se junta con Klíver, entrega y corre al espacio, allá justito va esa pelota milimétrica. Pase de la muerte al caballo y adentro, 1-0. Un gol lindo dentro de un partido feo en el que, para ese momento, jugaba mejor Patriotas.

Millos tuvo 20 minutos de tranquilidad, hasta la jugada aislada e infame que costó el 1-1, en el que se mezclaron virtudes boyacenses con errores millonarios. El 1-0 a favor era inmerecido por el trámite, este 1-1 era inmerecido porque Millonarios parecía dominar con tranquilidad.

El segundo tiempo comenzó soso, frío como la noche de Boyacá. Cuando el bostezo predominaba llegó el pase largo de Vargas, el cabezazo pivote-perfecto de Salazar a Román, la carrera larga, el centro al área y el remate de Arango con desvío patriota incluido y el 2-1. La alegría duró poco, cuatro minutos después, Patriotas volvió a empatar.

El partido parecía terminar en empate y los equipos ya pensaban en dividir honores. Pero a Román, que había sido el mejor, el más incisivo y el más participativo de la noche, le faltaba adornar su presentación con gloria. La vida le tenía preparado un banquete. Cuando faltaban tres minutos, fusiló desde la derecha a Mosquera y puso el 3-2. «Feliz cumpleaños, ma», le dijo a la cámara de atrás. Ya no había que hacer encuestas ni sondeos, Román era el mejor de la noche, y Millos le ganó por cuarta vez consecutiva a Patriotas en Tunja.

Fue un partido frío y soso, incluso con los cinco goles. Fue un partido que no tuvo muchas emociones y que se pasará rápido en la memoria del hincha. Pero fue el partido en el que, de la mano de Andrés Felipe Román, Millonarios le ganó a Patriotas. Así se recordará, espero, y Millos está seis de seis en los juegos del hambre.

Twitter: @elmechu

Esta es la Ficha Técnica de la victoria