Tres puntos con el pincel de Román
Stiven recibe el rebote, levanta la cabeza, mete un pelotazo a la banda derecha. La pelota parece morir, pero Macka no lo permite, recibe, frena, mira, pasa. Román recibe y se junta con KlÃver, entrega y corre al espacio, allá justito va esa pelota milimétrica. Pase de la muerte al caballo y adentro, 1-0. Un gol lindo dentro de un partido feo en el que, para ese momento, jugaba mejor Patriotas.
Millos tuvo 20 minutos de tranquilidad, hasta la jugada aislada e infame que costó el 1-1, en el que se mezclaron virtudes boyacenses con errores millonarios. El 1-0 a favor era inmerecido por el trámite, este 1-1 era inmerecido porque Millonarios parecÃa dominar con tranquilidad.
El segundo tiempo comenzó soso, frÃo como la noche de Boyacá. Cuando el bostezo predominaba llegó el pase largo de Vargas, el cabezazo pivote-perfecto de Salazar a Román, la carrera larga, el centro al área y el remate de Arango con desvÃo patriota incluido y el 2-1. La alegrÃa duró poco, cuatro minutos después, Patriotas volvió a empatar.
El partido parecÃa terminar en empate y los equipos ya pensaban en dividir honores. Pero a Román, que habÃa sido el mejor, el más incisivo y el más participativo de la noche, le faltaba adornar su presentación con gloria. La vida le tenÃa preparado un banquete. Cuando faltaban tres minutos, fusiló desde la derecha a Mosquera y puso el 3-2. «Feliz cumpleaños, ma», le dijo a la cámara de atrás. Ya no habÃa que hacer encuestas ni sondeos, Román era el mejor de la noche, y Millos le ganó por cuarta vez consecutiva a Patriotas en Tunja.
Fue un partido frÃo y soso, incluso con los cinco goles. Fue un partido que no tuvo muchas emociones y que se pasará rápido en la memoria del hincha. Pero fue el partido en el que, de la mano de Andrés Felipe Román, Millonarios le ganó a Patriotas. Asà se recordará, espero, y Millos está seis de seis en los juegos del hambre.
Twitter: @elmechu
Esta es la Ficha Técnica de la victoria