Silencios en el Atanasio
Faltaban cinco minutos para el final de un partido más fÃsico que futblÃstico en el que Nacional habÃa tomado ventaja con una jugada de otro partido y en el que, para ser sinceros, el empate era lo más justo. Millonarios, con poco, trataba de empatar el partido pero los de Russo no tenÃan volumen de ataque. ParecÃa que los de verde se quedaban con la victoria sin merecerla y todo el estadio cantaba que el cucho les habÃa enseñado que debÃan odiar a Millonarios…
Entonces, en otra jugada de otro partido, apareció Cristian Marrugo, abucheado por la parcial local durante todo el juego por su pasado en el DIM, para rematar de zurda, bañar al portero y silenciar a las 21 mil personas presentes en el estadio. Golazo para empatar el partido y ponerle justicia al resultado porque Millonarios no merecÃa salir perdedor del Atanasio Girardot.
El ambiente cambió por completo. Se acabaron los sonidos de las trompetas y los gritos de odio a Millos. Solo se escuchaban cantos de protesta de la barra brava local hacia su equipo. Como ya habÃa pasado el año anterior en el Pascual, Millonarios hizo que la hinchada local se fuera en contra de su propio club, algo hermoso si se presencia en vivo.
Ya después, con el diario del lunes como dicen los argentinos, el análisis invita a pensar que si Millonarios hubiera sido un poco más ambicioso podrÃa haberse llevado una victoria de MedellÃn. Otra vez con cambios en el frente de ataque, Millonarios fue otro, muy distinto a lo que se vio la semana pasada contra el DIM. La estadÃstica dice que con Barreto, Marrugo y Ovelar, el Embajador ha estado mejor que con los habituales titulares y prueba de eso son los números: cuatro de los cinco puntos obtenidos fueron con estos nombres y de visitante.
El equipo azul completa cuatro partidos seguidos sin perder con Nacional y eso es bueno. Poco a poco todos -desde Russo hasta el más joven de los hinchas- deben hacerse a la idea de que durante 66 años Millonarios fue el equipo más grande del paÃs y no se le escondÃa a nadie ni se dejaba ganar de camiseta de nadie, que la constante era sacar puntos del Atanasio y silenciarlo, como hizo Cristian Marrugo con su pierna zurda. Es mejor un 1-1 en el que se hace desesperar a la afición rival, como este, y no un 1-1 jugando con miedo debajo del arco, como el del semestre pasado en casa.
Twitter: @elmechu
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