Que nunca se pierda la esencia
En la foto, Ayron Del Valle se molesta con Camilo Vargas por tirarse al piso, en uno de los varios intentos del guardameta del Cali para frenar el partido que los azucareros ganaban por 0-1 en Palmaseca. Segundos antes de la acción, el Cali preparaba un cambio, al portero no le pareció, chifló hacia el banco varias veces, nadie lo escuchaba y por eso hizo la fácil: al suelo porque sin portero no se puede jugar por regla.
Cuando los estadÃgrafos y los analistas miren la historia, encontrarán que el 24 de febrero de 2018, Cali le ganó 0-2 a Millos en Palmaseca. Contra los números no se puede discutir. La historia dirá que perdimos y asà quedará para siempre. No va a importar la forma ni el cómo, no va a importar que Carachito DomÃnguez cometió una falta que costó penal y expulsión para el 0-1. No va a contar que Millos estuvo más de 70 minutos con un hombre menos en el campo pero hizo sentir incómodo al rival. Tampoco va a importar que el segundo gol del Cali haya sido en tiempo de adición. Solo va a importar que perdimos 0-2.
Millos completó dos semanas sin triunfos, en las cuales perdió dos partidos y empató otro. Hay una evidente falta de gol en los Embajadores. Se nota a leguas que el equipo no tiene esa mÃstica con la que cerró el 2017 y que aquella frase que soltó Russo hace siete dÃas dejó huella, la nómina está corta.
Pero algo hay que aplaudirle a este Millonarios, asà haya salido derrotado. El temple, las ganas, la forma en la que se paró en el campo con un hombre menos para hacerle frente al rival, con el orgullo herido, buscando el empate. Es mejor ver a este Millos, que con uno menos en el campo puso a comer uñas a los aficionados locales, que aquel que la semana pasada se llenó de miedo porque jugaba contra Nacional.
La semana pasada, Millonarios traicionó su esencia por miedo al rival. Esta vez, aunque perdió, lo hizo con las botas puestas, sin traicionar lo que tanto Russo como los jugadores siempre venden, salir a ganar en cualquier cancha. Los hinchas del Cali salieron del estadio felices por haberle ganado al campeón, decÃan que acababan de derrotar a un equipo duro. A nadie le gusta perder, obvio, pero qué bueno es saber que el equipo está recuperando ese prestigio que lo llevó a ser alguna vez el más grande del paÃs. Hay cosas que no se pueden perder jamás.
Y ese prestigio que poco a poco está volviendo a nivel local también debe volver a nivel internacional. Ya no más vivir de victorias amistosas, es hora de que el Embajador demuestre que lo es, en competencias oficiales. La Copa Libertadores empieza este miércoles y solo importa ganarle a Corinthians. La historia de Palmaseca ya está, es momento de concentrar en lo que es prioridad.
Twitter: @elmechu
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