Fernando Uribe

Millonarios terminó con el invicto del «poderoso»

Después de la vergonzosa eliminación de Copa ante Alianza, la hinchada necesitaba un triunfo, un partido redondo para renovar sus votos de fe hacia su equipo. Lo que había sucedido tres días atrás sembró el pesimismo y la desesperanza en la afición. Llegaba un equipo que acumulaba cuatro partidos sin perder ni recibir goles, y que además venía de derrotar «al América de Juan Carlos Osorio». Era una oportunidad de lujo, pasar de ser «el levantamuertos» a ser el «quitainvictos».

Esperábamos al visitante defendiendo el cero con dos líneas de cuatro en bloque bajo, sorprendió ver al «poderoso» tratando de jugar de igual a igual en El Campín. Sorprendió también ver el trabajo ofensivo de Millonarios en la primera mitad: variantes, ideas, creatividad, remates al arco, buenos centros de costado, eficacia en la pelota quieta… todo lo que había faltado en el clásico y en la serie contra Alianza se estaba viendo frente al Medellín.

La presión alta obligaba al visitante a cometer errores y esos errores se convertían en acciones de gol. Uribe remató cruzado y estuvo cerca, a Macka se la negó el portero, igual que a Román… hasta que a los 29, en un cobro de tiro de esquina, Macka cabeceó al primer palo y ahí apareció Llinás para doble-cabecear y poner el 1-0, merecido, que de paso terminó con 410 minutos sin recibir gol del Medellín y dejó al «poderoso» en estado de shock, tanto que durante el resto del primer tiempo Juanito Moreno fue un espectador más de la contienda.

«Bolillo» hizo cambios para el complemento: mandó al campo a Vladimir Hernández y a Leonardo Castro. Medellín salió mejor en el segundo tiempo, tuvo la virtud de quitarle la pelota a Millonarios y ser el dominador del juego, pero también tuvo la falla de no saber qué hacer con tanto dominio y no poder capitalizar. Si bien el equipo de Gamero perdió toda la posesión, tampoco sufrió el partido. No hubo una acción de riesgo de la visita en la que Juanito se luciera o los defensas realiaran salvadas monumentales. Nada. Fue solo cuestión de apelar al orden, cerrar los espacios y no dejar llegar al rival.

Sobre el final del partido, al minuto 89, llegó la sentencia definitiva. En un contragolpe desde la izquierda, Llinás, que hacía las veces de atacante, recibió la pelota, cayó al piso pero, como pudo, sacó de su pierna derecha un pase al vacío que dejó habilitado a Macka. El capitán entró al área, recibió al portero, hizo la pausa, miró a su derecha y le sirvió la pelota a Fernando Uribe para que el goleador pusiera el 2-0 final. A partir de ese momento, el Medellín, frustrado y cansado de intentar sin éxito, ya solo esperó a que el central terminara el partido.

Fue un gran triunfo ante un gran rival, fue una linda jornada para la reconciliación equipo-hinchada, fue un mensaje directo a la afición para volver a creer, para tratar de hacer olvidar el penoso incidente del miércoles pasado, para renacer la confianza y para seguir en lo más alto de la tabla anual. Millonarios necesitaba una victoria así para empezar de nuevo, acabar uno de los dos únicos invictos de la Liga es un gran aliciente para el equipo de Gamero y para el hincha azul.

Twitter: @elmechu

Esta es la Ficha Técnica de la victoria