Lo perdimos solitos
Era todo alegría hasta el minuto 19: golazo a los 7, explosión de felicidad de un estadio casi lleno y ventaja temprana contra un equipo que quiso jugar alto y dejó espacios. Parecía el inicio de una historia de amor hasta que, a los 19, se dio el primero de varios errores puntuales que costaron una derrota lamentable. Sosa cayó en el juego de Felipe Melo, le pegó en frente del árbitro, ya tenía amarilla y salió expulsado. Era el minuto 19, se dañó el idilio azul. Puedes dar ventajas en nuestra regular liga local, no en una Conmebol Libertadores.
Con el hombre menos para Millos, lo que siguió fue un monólogo completo de Fluminense, que con su 3-4-3 sabía moverse bien con el balón. Los nuestros aguantaron en campo propio y parecían sacar la ventaja hasta que, al 43, de un remate desde la izquierda Montero dio rebote, vino el pase de la muerte y el 1-1. Podía ser un resultado redondo para Millonarios pero una expulsión demasiado infantil y un error en defensa lo impidieron. Puedes dar ventajas en nuestra regular liga local, no en una Conmebol Libertadores.
Comenzó el segundo tiempo con dos llegadas clarísimas de Flu, una que sacó Montero y otra que pasó por el frente del arco sin rematador. Ahí Millonarios entendió y cambió el libreto, se podía ir a jugarle mano a mano a un Fluminense ahogado por la altura. El Embajador se fue con todo y encontró un penal sobre Ruiz, un poco discutido. Macka pidió cobrar, lo anunció y se lo atajaron. Segundo papayazo de la noche. Puedes dar ventajas en nuestra regular liga local, no en una Conmebol Libertadores.
Pero había más. Fluminense sufría la altura, incluso con el hombre de más, y en su afán de querer tocar y jugar perdía la pelota y quedaba jugado. Millonarios tuvo varias oportunidades de liquidar en el contragolpe pero nunca supo cómo finalizar. Y además, los Embajadores recibieron muchas faltas cerca al área como para facturar por la vía del tiro libre, pero siempre se inventaron jugadas de laboratorio que no generaron ni sorpresa ni peligro, en cambio, desesperaban a la hinchada. Puedes perdonar a los rivales en nuestra regular liga local, no en una Conmebol Libertadores.
En Fluminense había ingresado Germán Cano en el primer tiempo por Fred. Casi siempre que Cano enfrenta a Millonarios hace gol y hoy tampoco fue la excepción. Ese Fluminense ahogado que estaba cómodo con el empate tuvo una contra, y a diferencia de Millos, sí supo aprovecharla: centro bajo desde la derecha y el mencionado Cano, como para no perder la costumbre, puso el 1-2.
Después de ese gol llegó otra serie de errores propios para terminar de sepultar el partido: Gamero decía que no quería que Fluminense se defendiera con el balón y justo eso fue lo que pasó. Adicional, el propio DT cayó en el mismo juego de sus dirigidos y decidió enviar tres cambios a la cancha en pleno tiempo de adición, apenas como para ayudarle a los brasileros a enfriar el resultado y terminarlo de sentenciar.
Millonarios perdió el partido porque careció de jerarquía. Porque la cancha llena, los nervios y el hecho de jugar la Libertadores pesaron más de la cuenta. Porque se sintió que los años sin jugar la Copa pesaron. Porque cometimos demasiados errores juntos en 90 minutos. La serie no está perdida, podemos ir a Rio y dar la sorpresa aunque parezca imposible.
Twtter: @elmechu
Esta es la Ficha Técnica del partido.