«Jorge Perlaza debe ser reinstalado a su antiguo empleo»: Corte Suprema de Justicia

Cerradas ya todas las ventanas de inscripción de jugadores para el primer semestre del fútbol colombiano y horas previas al debut de Copa Sudamericana frente a Defensa y Justicia, se confirmó el reintegro judicial del ex delantero caucano de 38 años, Jorge Perlaza. Dicho ariete interpuso una demanda en contra de Azul y Blanco S.A., que fallada en la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, ha dictado sentencia.

Expediente

Jorge Perlaza arribó al cuadro capitalino para el segundo semestre del año 2012, donde sería partícipe del campeonato de la estrella 14 del mismo año. Además, el caucano alcanzó a disputar un total de 21 juegos vestido de azul, en los que convirtió tres tantos.

El conflicto entre el delantero y la directiva albiazul comenzó en el año 2013, luego de una grave lesión de fractura de peroné y ligamento de tobillo. La junta del cuadro capitalino decidió rescindir su contrato para el año 2014. Sin embargo, el jugador considero injusta su salida del elenco de la capital, razón por la cual demandó al club, alegando un despido injusto.

Tras varios años sin novedad alguna del caso y previo al debut continental de Millonarios, la Corte Suprema de Justicia en la Sala Laboral, ordenó a la sociedad AZUL Y BLANCO S.A., al pago de 40 millones de pesos al demandante como indemnización por despido sin justa causa en el año 2014 y a su vez condenó al club a cancelar todos los meses atrasados desde el 16 de diciembre del año 2017 (25 millones de pesos mensuales), fuera de las prestaciones de ley a partir del año 2018. Se estima que el monto total a pagar es de 1.600 millones de pesos fuera de las ya mencionadas prestaciones de ley. El otro punto que se menciona en el fallo es la reinstalación de Jorge Perlaza al empleo ocupado en el momento de se despido.

Millonarios F.C. y Azul y Blanco S.A. no se han pronunciado públicamente luego de esta condena laboral y se espera que en los próximos días haya novedades respecto de este particular.

Daniel Casas