Millonarios Santa Fe Sudamericana 2018

En los penales se acabó el sueño continental

Serie 2-3 en contra. Gabriel Hauche se dirigió desde el centro del campo hacia el punto penal. Acomodó la pelota, se acomodó él, y pateó durísimo, tan duro que se fue a las nubes. Millonarios estaba en desventaja en los penales y por eso todas las oraciones se dirigieron hacia Faríñez, el héroe que había atajado dos en la serie frente a Jaguares. «Una vas a tapar, Wuilker, una vas a tapar», se dice el hincha hacia sus adentros mientras la ansiedad se lo come. Faltaban dos tiros, «una vas a tapar»…

Lamentablemente, el venezolano esta vez no pudo contener los dos cobros cardenales que faltaban y ese desperdicio de Hauche (el segundo en dos series, en menos de una semana) fue suficiente para que Santa Fe se quedara con la serie y avance a la siguiente fase de la Conmebol Sudamericana. El sueño de todos los hinchas de levantar el trofeo continental, que era la máxima prioridad del semestre, se volvió a postergar. Duele, innegable.

El segundo clásico de la serie estuvo más entretenido que el primero. A diferencia de lo de hace dos semanas, esta vez los dos equipos atacaron más e hicieron lucir a los porteros (y al palo, en el caso del rival). A Millonarios lo castigó la falta de gol porque opciones para marcar diferencia tuvo. También lo castigó la inexperiencia de Salazar y la salida de Marrugo del campo, que hizo que Santa Fe tomara control de la pelota y el Embajador apelara durante más de 15 minutos al pelotazo desesperado porque la posesión se perdió.

Duele, duele mucho. Jamás se podrá comparar con lo que pasó en diciembre porque en juego estaba un título, pero duele. No nos tiremos cuentos ni disfracemos verdades: este Santa Fe 2018 era mucho menos equipo que aquel al que le ganamos la final de la Liga en 2017. Es fácil analizarlo todo con el diario del lunes, pero si Millos hubiera sido un poco más explosivo en la ida o no se hubiera planteado de esta manera la vuelta, quizá el resultado hubiera sido distinto. Hubo exceso de respeto y precauciòn ante el rival de patio, que no tenía la misma garra que ese al que le dimos la vuelta en la cara. Se jugó más con miedo a perder que con ganas de ganar, eso no está bien.

Millos sigue en deuda con su historia. El palmarés a nivel local no se discute, pero sigue pendiente la figuración internacional que desde siempre ha faltado en torneos oficiales. Creo que no soy el único que se ilusionó con esta Sudamericana porque plantel tenemos y el fixture no era tan duro. Tal vez por eso la desazón. Los números dicen ahora que Mllonarios ha enfrentado a su hijo bobo cuatro veces por torneos Conmebol y no le ha podido ganar. No me digan que no duele.

Twitter: @elmechu

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