Huila Millonarios 2018

El triste final…

Como en las mejores películas de terror, el desenlace de la penúltima jornada del Finalización se fue dando lentamente escena por escena, para ponerle drama a cada fotograma del film. «Santa Fe ganó 3-0», dice mi hermano mientras vamos llegando a Neiva en el carro. «No pasa nada, si ganamos no pasa nada», le contesté, a él y a mí mismo, como un grito de batalla interno. «Mientras haya 1% de posibilidad hay 100% de esperanza», todos confiábamos en ganarle al Huila, porque el horario favorecía contra el peor enemigo (el clima) y porque al frente había un equipo conformado por un gran arquero y diez más, así…

Bucaramanga le hace un gol al Cali sobre la hora, «¡vamos, carajo!, bien por los búcaros. Si le ganamos al Huila y pierde Rionegro no dependemos de nadie». Nadie puede dudar de que sobra esperanza en esta afición. Las cuentas eran sencillas y el equipo en el primer tiempo hizo una presentación decorosa, parecía que se podía. A Faríñez ni lo atacaron. «Ganamos que las águilas se caen, seguro», repite y repite uno mientras el descanso.

En el entretiempo, Millonarios trabaja su charla técnica junto al banco, el plantel no va al camerino porque no necesita una sesión de sauna gratis y ni ventiladores hay. Pasa desde hace tres años pero el sobreactuado que no conoce Neiva y quiere ganar seguidores en red social no duda en armar show. De ahí no pasa. Marrugo calienta, la sorpresa más grande se da cuando se muestra el tablero electrónico: el que sale es Henry, el capitán, y con él, también salió el filtro en el medio campo. Se vinieron 45 minutos terribles.

Ya se sabe por qué Marrugo y Mackalister no jugaban juntos, como lo pedían muchos. El segundo tiempo fue un monólogo del Huila, llegó el gol y llegaron los problemas. Millos fue lo que pudieron intentar las individualidades, porque en lo colectivo siempre hubo un corto. Faríñez pasó de ser espectador VIP a sufrir un gol increíble y tener más trabajo del esperado. En ataque hubo una luz de esperanza pero el travesaño nos mandó las esperanzas al infierno. Se terminó, el partido, el semestre y el año. Millos perdió en Neiva después de 4 años y resignó todo, aparte que le dio vida a Santa Fe por segunda vez en un mes y dos días.

Ya vendrán los espacios para las reflexiones, los balances y las determinaciones. Todavía está abierta la herida como para hablar con la cabeza caliente. El estadio de Neiva está en ruinas, acabado, dejado y feo. Así fue la derrota de Millos en esa cancha, cuando más necesitaba ganar… Nuestra nómina vale mucho más que un puesto 11 y varias eliminaciones en línea. Vayan buscando plan para dos meses sin Millos, ni la súper final de la Libertadores cubrirá el vacío de no tener a Millonarios hasta enero. Dolor.

Twitter: @elmechu

Repasa aquí la Ficha Técnica del partido.