Dolorosa caída en Manizales

Se puede decir cualquier cosa para tratar de justificar el trámite del partido, que fue el mejor hasta ahora del equipo azul como visitante en todo el año. Se puede hablar de la cantidad de opciones de gol desperdiciadas y de la forma como Once Caldas se arrinconó en su arco defendiendo con uñas y dientes la ventaja.

Pero nada de eso sirve si la realidad y la matemática -que es la que queda para la estadística- dice que Millonarios perdió contra el penúltimo de la tabla, que tenía DT interino y que, como local, solo había ganado un partido en todo el campeonato. Lo que queda es que Caldas ganó 1-2 y que Millos perdió una racha de cuatro años sin perder en Palogrande.

Millos falló dos veces en su propio campo y Michael Ortega facturó para los locales. Henry Rojas había encontrado el empate parcial con un golazo de media distancia, pero no fue suficiente. En el primer tiempo, los Embajadores tuvieron, por lo menos, tres opciones claras para empatar la contienda, pero la pelota siempre se fue ligeramente desviada. Antes, no generábamos ocasiones, ahora, las generamos sin éxito en la terminación.

Para la segunda parte, con la desventaja, los azules encajonaron a los blancos en su propio terreno a punta de empuje. El equipo lo buscó, tuvo la actitud para intentarlo, pero de nuevo falló en la última jugada. En ocasiones, porque los nuestros trataron de buscar la pena máxima que nunca llegó.

Los números dicen que Millos perdió la oportunidad de oro para recuperar el déficit de puntos perdidos en casa ante un equipo con mala campaña. También dicen que el equipo deberá ganar sí o sí los tres próximos partidos, todos en Bogotá, de tal forma que se pueda llegar a Cali con 32 unidades para pelear la clasificación.

Twitter: @elmechu

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