¡Desastroso!

En el papel, la edición 298 del clásico bogotano la jugaban el flamante líder de la reclasificación contra el peor equipo del año, el que lucha por Copa Libertadores contra el que batalla por no descender. En el papel, Millonarios debía aprovecharse de la crisis adminsitrativa y deportiva de su rival de toda la vida para ganarle después de casi 2 años. En el papel…

Sin embargo, en la práctica pareció como si el colero de la Liga y del año fuera Millonarios y el mejor de la reclasificación fuera Santa Fe. Los cardenales sabían que se estaba jugando un clásico, los nuestros salieron a la cancha de cuerpo, porque el alma la dejaron en el hotel. El primer tiempo, particularmente, fue de espanto. Nos superaron en fútbol, pero sobre todo, en actitud. Y la actitud no es negociable, menos en un clásico.

Millonarios le regaló a Santa Fe 64 minutos en los que el equipo rojo le pasó por encima y le hizo un gol -y gracias a Dios fue solo un gol, porque otro equipo que no fuera el último de la tabla nos termina goleando-.

Solo hasta que ingresó González Lasso por un súper intermitente Salazar se despertó el Embajador aunque el envión duró muy poco. Después ingresaron Elíser y Barreto para tratar de cambiar el rumbo pero ya era demasiado tarde. Los rojos cuidaron muy bien la ventaja y los azules lucieron improductivos. Así llegó el final.

Santa Fe lo celebró como si fuera el título mundial, porque para ellos ganarle a Millonarios (y más en medio de la crisis) es como ganar un mundial. En el Embajador, en cambio, quedó sembrado un panorama de duda que hace una semana, cuando empatamos con Nacional, no existía.

Millonarios fue otra vez el levantamuertos que tanto detestamos los hinchas. Pero esta vez, al cuadrado. En menos de 80 horas, nuestro equipo del alma perdió contra dos de los coleros de la tabla. Se puede jugar bien o mal, hay días buenos y días malos. Pero la actitud es algo que jamás en la vida puede faltar.

Twitter: @elmechu

Esta es la Ficha Técnica del clásico.