Clásico pintado de azul

La pelota la tocaron todos y cada uno de los once jugadores azules en cancha, y tras cada pase, un estruendoso grito de «OOOOOLEEEEE» salía desde las tribunas. Al clásico le quedaban diez minutos pero ya estaba sentenciado. Millonarios se estaba dando un baile sabroso con su rival de toda la vida y la gente lo disfrutaba con todo porque hace mucho tiempo no pasaba.

Y la historia de este clásico se empezó a escribir desde el minuto 35, cuando Valdés desaprovechó de forma increíble el que parecía ser el primer gol del partido. Ahí cambió todo. Un minuto después llegó el 1-0 por obra de Zapata, el mejor de los Embajadores en el primer tiempo. Y más adelante, José Guillermo Ortiz eludió al portero y definió tranquilo para el 2-0. El Campín era una fiesta azul y blanca, poco importó que antes del entretiempo llegara el descuento, que fue un accidente.

En el segundo tiempo, Millonarios se montó en el partido aprovechando la ventaja y el gran equilibrio en media cancha que ofreció la dupla Duque-Pereira. A los 15 minutos, el clímax: penal sobre Mackalister. Pateó Ayron, 3-1 y ahí explotó el estadio.

«Porque allá en Soacha, tu te cagaste / y con los paisas, tu te juntaste. Se cagó, se cagó, la guardería se cagó». Duro, ruidoso, sublime. Como hace muchísimo tiempo no pasaba, El Campín se convirtió en un carnaval de esos que siempre uno quiere ver. Y hubo más, a Macka por poco le entra el cuarto desde la media cancha, hubiera sido un frenesí.

Al ritmo del ole, la hinchada azul salió más que feliz del estadio. Millonarios avanzó a la final del torneo ESPN y es muy bueno porque Gamero tendrá un partido más de preparación. Sí, era un clásico amistoso. Sí, se jugaba por la gaseosa. Pero después de tanto tiempo sin poderle ganar al cardenal, es imposible no sentir una satisfacción de esas que salen desde el alma e iluminan la vida de cualquiera.

A Santa Fe hay que ganarle siempre, así sea en Monopoly.

Twitter: @elmechu

Esta es la Ficha Técnica del partido