Gol Millonarios Clásico 289

Algún día íbamos a perder

Había pasado tanto tiempo desde la última vez que Millos había perdido el clásico que, literalmente, al hincha se le había olvidado lo que se sentía perder contra el más tradicional de los rivales de los Embajadores.

Nos acostumbramos a celebrar triunfos, cuatro en línea sobre Santa Fe teníamos… Se nos olvidó que en el fútbol se podía perder… Algún día iba a pasar, y pasó el 25 de marzo, 924 días duró Millonarios sin conocer la derrota ante los cardenales. Duele, claro, como duele perder cualquier clásico, pero también duele por la falta de costumbre.

La historia del clásico empezó igualita que hace una semana, pero ahora bajo la lluvia. Cuando todavía se acomodaba la gente, llegó un gol tempranero, otra vez de Andrés Cadavid en el arco Sur del estadio. Millonarios se fue arriba antes de los diez minutos, como contra América y como en el clásico anterior…

Y tal como sucedió la semana pasada, Millonarios se cayó en los últimos 20 minutos del primer tiempo y le dio vida al rival. La diferencia es que esta vez la ventaja no era de dos goles ni se pudo manejar. Con la pelota Santa Fe se creció y encontró el empate que hace seis días no llegó, lo hizo con Jonathan Gómez, quizá el cardenal más resistido hoy por hoy por la afición azul.

Del primer tiempo quedan dos momentos más que pudieron haber cambiado la historia: una acción sobre Mosquera luego de un gran pase de Franco, en el área, que era pena máxima aquí y en la China, pero que omitió el central y su asistente de Occidental; y una definición de Ayron, con el arco a su disposición en plena área chica luego de una serie de rebotes, que se fue desviado.

Para el segundo tiempo, con la lluvia arreciando y la cancha más complicada, fue más parejo y tuvo menos emociones. El «local» desequilibró la balanza a los 16 minutos con un golazo de Arango en el que nada pudo hacer Ramiro. Millonarios, herido, se fue con todo buscando el empate, pero vino la expulsión de Henry por pegar un codazo, y ahí prácticamente se terminó el derbi.

Once contra diez, dos a uno, Santa Fe manejó los ritmos del partido hasta que llegó el pitazo final. El ingreso de Domínguez por Riascos cambió poco el panorama. El los libros de historia quedará que el clásico 289 de la historia por Liga fue para los rivales, y que la paternidad azul ahora es de 40 partidos de diferencia.

Duele, sí, más cuando ha pasado tanto tiempo sin sentir lo que es perder un clásico. No nos podemos quedar aquí, la página se debe pasar rápido porque apenas en cuatro días vamos a disputar el primer partido de toda la Liga en el Metropolitano de Barranquilla ante un Junior alicaído que va a querer revivir contra nosotros.

Twitter: @elmechu

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