Millonarios Pasto 2024

Canto de gol: los ingredientes

Pudo haber sido un partido más. Es cierto que había una importancia innegable por asegurar la clasificación pero parecía un juego que simplemente completaba el calendario del Finalización. Y sin planearse sumó los ingredientes para ganarse un título de ‘inolvidable’.

Los calendarios de partidos este semestre, no sé si sólo me pasa a mí, han hecho sentir que jugamos en Bogotá cada dos años. Y volver al Campín se ha vuelto aún más una alegría incontenible para el corazón. ¿La diferencia? Vivir el camino en el Transmilenio y las calles acompañado de cientos de peluches en brazos de los hinchas. Mi novia me decía que Hero confirmó que es un patrocinador muy particular e inesperadamente bueno. Y es así. La actividad sin duda le dio un toque especial a la previa del juego, que en sí no se contuvo a ésta: los osos, Spidermans, Sullivans y gorilas siguieron lloviendo hasta incluso el medio tiempo.

Una victoria siempre va a ser positiva. Pero ésta tuvo tres ingredientes inesperados y maravillosos. La clasificación anticipada con tres fechas por jugarse será una oportunidad para darle manejo a las amarillas y su «borrada» en la medida de lo posible, al ritmo de competencia de los jugadores que están volviendo o por volver, y por supuesto a la tabla de posiciones. La lucha por el punto invisible, antes insospechada, nos hace ahora soñar con tener esa ventaja que antes nos ha servido tanto.

Radamel Falcao García. El segundo ingrediente que nos hizo sentir en tres jugadas que íbamos a ayudarle a la nueva administración a demoler de una vez el estadio. Un gol que aún no llega pero que no limita la labor del ‘Tigre’ en el equipo. El efecto Falcao transformó la energía en la cancha, sus compañeros tuvieron y sintieron otro ímpetu y el gol y los minutos finales se vivieron con una pasión distinta y muy intensa. Es lindo estar vivo y poder disfrutar al ídolo con la camiseta del amor de tu vida.

Golazo de Leo, golazo sufrido y una victoria luchada contra un gran Pasto. Y el tercer ingrediente corrió por cuenta de David Rada, con quien compartimos tribuna. Celebrando la victoria me dijo «Profe, tal y como pasó con Ayron del Valle en 2017». El mismo rival, el mismo enredo de juego y el mismo gol agónico en un partido que tenía pinta de empate. A la postre, una victoria importantísima que también sufrimos y disfrutamos en la misma tribuna que nos vio celebrar anoche y hace siete años. El 7 que vistió el histórico Ayron con Millos. El 7 que será ahora el día de la próxima salida de Millos en Barranquilla. El 7 que nos dan casi siempre (incluido ayer) en la ficha del maletero donde guardamos nuestras cosas para entrar a casa.

Pudo haber sido un partido más para cumplir la fecha 16 del Todos contra todos. Y resultó ser uno anecdótico e inolvidable en lo personal y colectivo. La noche cerró con el celador de mi conjunto diciéndome «¿Ganamos?» y continuar, ante mi estupefacción, «Yo soy costeño, pero yo doy la vida por Millos». Y con mi mami pidiéndome que le dejara ver los videos de la lluvia de muñecos en la gramilla, que no pudo ver en televisión. En ese un bucle terminó el día de los ingredientes mágicos y que, con ilusión, espero que sea el preludio de un final feliz.

El canto de gol para acompañar esta columna es ‘Así se compone un son’ del puertorriqueño Ismael Miranda:

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano