Canto de gol: Sancho
Con locuras o aciertos, con lucidez o tropiezos, Alfonso Quijano contó siempre con un compañero que se uniese en cada aventura y ocurrencia. Sancho Panza, sin ser un agraciado o valiente caballero, ganó el cariño mundial de quienes saben lo que es tener a un fiel amigo a nuestro lado y, asÃ, han reproducido el sÃmil con el personaje bonachón.Â
Para Millonarios no hay mejor escudero que su hinchada. Ésa que se aguantó 24 años sin ganar un tÃtulo, siendo el objeto de burlas en instituciones educativas y oficinas, incluso dentro de sus mismas familias, por no poder campeonar. Ésa misma que estuvo tan cerca de finales y tÃtulos esquivos -nacionales e internacionales- y tuvo que atestiguar muchas victorias de otros antes que las propias. Ésa misma que nunca abandonó y ha tenido seis recompensas desde 2011, tres de ellas en la cara de sus dos más acérrimos rivales.
Pero si se habla del hincha de Millos como si fuese el Caballero Hidalgo, ¿quién serÃa su Sancho? Mi sentir es que serÃa un escudero con muchos matices: nuestras madres o padres, alcahueteando nuestro amor; parejas que no le hinchan al Azul pero que van a nuestro lado compartiendo la pasión por el Club; o incluso esos jefes y amigos que respetan la locura que nos despierta el fútbol y nos hacen el cuarto para permisos, escapadas de la oficina o centavos que hagan falta para el peso, todo con el objetivo de acceder a una felicidad de 95 minutos.
Sin quitar mérito a todos esos Sanchos -enteramente válidos, valiosos y que merecen todo el respeto del caso- me centraré en el nuevo jinete de un humilde burro que llegó a apoyar nuestro trasegar, en el que también se encuentran amigos falsos o inoperantes al momento de darnos la talla. Y cuando Tuboleta se convirtió en ese molino de viento que parecÃa irrelevante pero que nos botó al suelo con pasmosa tranquilidad, robando nuestro tiempo, nuestra paz, nuestro dinero y haciéndonos la vida y la experiencia de asistir al estadio menos grata, un nuevo operador nos ayudó a volver a ensillar a Rocinante.
Entradas Amarillas responde correos electrónicos y mensajes de WhatsApp, algo que parece tan básico pero que ni de chiste uno imaginaba con la empresa saliente. Y sólo con ese hecho ya empezaba a ganarse el cariño del hincha del común. Luego, las ventas de abonos y entradas, sin recargo doble, sin inventos de «seguros sobre entradas» o «gastos de envÃo o impresión» que variaban de un link de $3000 a otro de $8000, multiplicados por un promedio de 15.000 asistentes y dejando réditos adicionales cercanos a los $82’500.000 por partido y/o etapa de venta.
Y como si esto no fuese suficiente, este Sancho nos da una mano a todos a través de su aplicación para combatir la estafa de avivatos y miserables, haciendo que el que adquiera una boleta sepa que tiene que recibir un correo oficial del operador, notificando la cesión del ingreso al CampÃn, y asegurando su presencia en los filtros con una app que no necesita conexión a internet y no se cae, y que cada 20 segundos renueva el QR para eliminar el riesgo de que sea un pantallazo relamido por la usura y la trampa.
Esto apenas inicia, pero deseo que el dicho «Lo que empieza bien, termina bien» aplique para Entradas Amarillas, este simpático escudero que ha dado de sà para que creamos en que podemos confiar en él y que, a diferencia de las alianzas cómplices y manoseadas entre revendedores y trabajadores de compañÃas con avidez de sacar tajadas, está demostrando con hechos que no podÃamos conformarnos con «el menos peor», como me lo dijo Eduardo Silva Meluk en la inauguración de la tienda MFC Floresta en 2012.
El canto de gol para celebrar esta confianza en la nueva apuesta de Millonarios FC, y desearle a TuBoleta que no vuelva nunca más, es ‘Estampida’, de los compatriotas de don Miguel de Cervantes Saavedra: la banda vallecana Ska-P.
Carlos MartÃnez Rojas
@ultrabogotano