¡121 veces papá!
Minuto 70. José Cuenú, quien habÃa entrado por Juan Pablo Vargas por precaución médica para el segundo tiempo, tira un pelotazo hacia la nada en forma de rechazo. La pelota pica en el primer cuarto de cancha de Santa Fe y sigue su rumbo hacia el área «cardenal». Todos en el equipo rojo se confÃan y detrás de ellos aparece como una gacela Andrés Gómez, que habÃa partido en velocidad haciendo una diagonal hacia adentro. El canterano azul empalma un remate de zurda que Leandro Castellanos alcanza a desviar en primera instancia, pero la pelota avanza de forma tenue hacia el arco norte. Por más que lo intenta el portero rojo, no hay nada que hacer. Es el segundo gol de Millonarios en la noche, el segundo de Andrés, el que terminó de sentenciar el clásico capitalino 307, el que terminó de reafirmar la paternidad azul sobre su rival de toda la vida.
Los siguientes 23 minutos fueron toda una fiesta para la parcial Embajadora, que llenó todo su pedazo del estadio y aprovechó el gol para hacer valer aún más la condición de localÃa. El grito del «ole» sonó rotundo desde todas las tribunas con cada pase hacia adelante, hacia atrás o hacia los lados que hacÃan los jugadores de Millonarios. Santa Fe, tras el 2-0, era un equipo zombie en el terreno. AnÃmicamente, el equipo «cardenal» sepultó todas sus ilusiones después del segundo gol azul.
Antes de aquel gol, el partido mostró dos equipos con esquemas similares pero estrategias distintas. Millos salió con intensidad, Santa Fe aguantó siete minutos hasta que equilibró las cargas. El azul querÃa velocidad y el rojo pausa y tenencia. El azul era un equipo más vertical y sorpresivo en ataque y el rojo no sabÃa cómo proceder al pisar el área. Quizá ahà estuvo la diferencia en el clásico, que Millonarios no fue tan vistoso como en otras jornadas pero sà disciplinado, atacaba mejor y contaba en sus filas con un Andrés Gómez finito, que se para mejor en la cancha, hace mejores movimientos y ahora también define mejor con el paso de los partidos.
De los pies de Gómez nació el primer gol de la noche: una incursión desde la derecha con inteligencia en la que tocó la pelota al centro para Luis Carlos, quien a su vez tocó de primera para Pereira y el volante (que también vivió una noche mágica) puso un pase magistral que rompió todas las lÃneas cardenales y dejó a Andrés mano a mano para definir con la pierna derecha y poner el 1-0.
Santa Fe buscó mover todas las fichas y trató de inclinar la cancha a su favor para buscar el empate. Por momentos lo hizo, Millos estuvo lejos de ser aquel equipo contundente de otras jornadas. Pero cuando más trataba de acomodarse el rojo a su idea de juego llegó el pelotazo que encontró a Gómez para el segundo gol azul.
Los minutos finales mostraron a la parcial azul disfrutando cada segundo del partido, y a los jugadores del Embajador sintiéndose cómodos en cancha. Estuvo más cerca el tercero azul que el descuento cardenal. Cuando Wilmar Roldán señaló el final del partido, una explosión de júbilo se apoderó de los hinchas en todas las tribunas.
Pasaron más de 1200 dÃas sin ganarle a Santa Fe después de aquel tÃtulo de 2017. Llegó Alberto Gamero a Millonarios para imprimirle otra identidad y la diferencia se siente: cuatro clásicos seguidos ganados asà lo demuestran. Millonarios recuperó la paternidad que tenÃa casi patentada hasta mediados de los 90 y regresó por la senda de la victoria sobre Santa Fe en cada clásico que nos encuentre por el camino.
Twitter: @elmechu
Esta es la Ficha Técnica del partido.
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