Con cabeza fría: no fue uno, ni fueron dos…
El duelo contra Pereira en 2020, digno de la Dimayor y sus ocurrencias insulsas al hacer una liguilla de eliminados y una competencia alterna a la oficial, vería la última victoria de Millonarios en el estadio El Campín con el condicionante de jugar gran parte del segundo tiempo con 10 camisetas azules en el rectángulo mayor.
2021 fue el turno para el partido jugado en el estadio Palmaseca. Pero con todo en contra, hasta con un apagón en medio del mismo, los diez hombres azules restantes no sólo no se desordenaron sino que mantuvieron y ejecutaron intenciones y llegadas al arco local, premiadas con un gol para Bertel y una hazaña que casi se alcanza, de no haber sido por el empate de Cali en las postrimerías de la segunda etapa.
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Ayer fue el tercer turno para un nuevo traspiés de Elvis Perlaza. A diferencia de los dos años anteriores, en este 2022 ni siquiera dio espera a la charla técnica del profesor Gamero para que su irresponsabilidad se pavoneara en la ciudad de Rionegro. Un manotazo sin sentido o razón de fuerza mayor en el primer tiempo terminó cualquier aspiración de Millonarios de acercarse a la portería local. Y muy a pesar de las intenciones del banquillo para no renunciar al ataque con sus modificaciones, la moral baja y el desorden de ideas ya eran tan tempestuosos como el clima antioqueño.
Hace dos años se ganó en Bogotá para pasar a una final de derrotados, donde el lateral cerró un año nefasto para todos con sus vacaciones adelantadas. Hace uno, su insensatez nos dejaba con uno menos en el duelo histórico del fútbol colombiano que pudo haber sido nuestro. Y anoche condenó al Embajador a seguir alargando su anti récord de no celebrar en el Alberto Grisales, en una jugada sin peligro y que tal vez lo deje dos fechas de Liga fuera de convocatorias.
¿El vaso medio lleno? Así como en Palmira el «profesionalismo» de Perlaza fue la invitación aceptada por Omar Andrés para fungir de héroe y demostrar que es el titular de la posición, la próxima cita contra Jaguares seguramente acelerará el regreso definitivo del montelibanés, esperemos con un juego destacado y -por qué no- nuevamente reportándose en el tanteador. Y ojalá un tercer año de reacciones zopencas le sirvan tanto a Elvis como al profe Gamero para que entiendan qué seriedad se necesita en la titular de Millonarios.
Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano
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