Con cabeza fría: doble frente
Hace una semana reconocía mi pulgar arriba a un triunfo de Millonarios en Palmira así fuera con un autogol. Y el equipo, por el contrario, demostró que podía dejar de jugar a ser Victor Frankenstein y ganar con autoridad. El fútbol es de momentos y cuando nuestros rivales están en sus vacas flacas no podemos perdonar. Eso lo entendieron todos en el Palmaseca, vencimos con argumentos y sobriedad y nos quitamos de encima la lápida de nunca haberlo podido hacer por Liga desde que el Deportivo Cali juega en su estadio propio.
Ahora vuelve a repetirse una jugarreta constante y extraña que hemos visto en este primer mes de competencia azul. Tuvimos dos juegos moderados antes de enfrentar a Nacional en casa. Luego, dos de igual manera accesibles antes de ese clásico añejo que aún nos dibuja una sonrisa en el rostro. Y esta semana empezará un nuevo turno de la constante: Rionegro en Bogotá y Jaguares en Montería, antes de iniciar el periplo continental contra –hay que decirlo sin problema- el favorito Fluminense. Y la pregunta que a todos nos despierta los últimos debates pre y post partidos, en razón a una nómina corta y que aún busca consolidarse, es la misma: ¿A qué apostarle?
La primera alternativa pasa por el “sacrificio” del juego contra nuestro hoy inmediato perseguidor en el todos contra todos, mermar cargas e irnos con todo lo que tengamos contra el onceno brasilero para buscar la ventaja en Bogotá y soñar con el paso a la siguiente fase, contando por supuesto con que mañana derrotemos al equipo nómada del país en casa y tengamos esa “tranquilidad” de no estar urgidos por los puntos en el Jaraguay. La segunda, seguir mandando toda la titular, pelear los seis puntos de la semana y nuestro lugar en los ocho, y recuperar a los muchachos para el partido del martes próximo.
Mi elección se basa en lo que unos llamarían lógica; venimos del Valle del Cauca, jugamos de local, volvemos a salir al calor de Córdoba y a correr de nuevo a la capital, todo en diez días, a jugarnos la única carta que hoy por hoy tenemos para acceder a fase de grupos de Copa Libertadores. Le sumo además el descanso de viajes que tendrá el equipo toda esa semana, ya que se viene Cortuluá (otro equipo accesible) en el Nemesio antes de partir a Río a buscar la clasificación. Por supuesto quiero asegurarnos en los 8 y ganar todo lo que juguemos en el campeonato local, pero también quiero luchar en los frentes continentales oficiales a los que infortunada y desacertadamente asistimos sin la frecuencia que este Club merece. Así entonces, vivir esta chance cuatro años después no debe desaprovecharse y hay que luchar así seamos la Cenicienta, porque el proyecto Amber pone en tela de juicio nuestro retorno a las batallas internacionales cada vuelta al sol.
Para otros, de igual forma –y totalmente válida y comprensible- llamarían a esa elección personal insensata, porque hay que poner la carne a asar en la barbacoa donde podemos manejar el fuego, el carbón y las porciones. Simplemente me ciño al momento del campeonato y a la tela que aún tenemos por cortar de aquí al 15 de mayo, cuando termine este todos contra todos, a diferencia de apuestas riesgosas como la de 2012 batallando cuadrangulares y Suramericana a la vez. Por ese entonces reconocí que mi deseo inequívoco era la estrella; ahora necesitamos la 16, por supuesto, pero no por ello hay que tirar la toalla sin que la campana en los rounds 1 del Campín y 2 del São Januário haya siquiera sonado.
Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano