Nos lo ganaron de peso
Hubo largos pasajes del partido en los que Millonarios fue muy superior a su rival, lo hizo sentir incómodo, lo puso contra su arco, lo obligó a pelotear o a equivocarse. Pasajes en los que el portero fue la figura, o en los que la defensa visitante se hizo ultra impenetrable ante las incursiones azules. Pasajes en los que los jugadores nuestros, literal, querÃan comerse vivos a sus rivales, los presionaban alto, no los dejaban pensar.
Millonarios tuvo 25 minutos brillantes comenzando el primer tiempo. El partido se jugaba todo en tierra verde y el rival de la noche sufrÃa la asfixiante presión azul. Lamentablemente, ningún equipo del mundo puede mantener un ritmo tan vertiginoso durante 90 minutos. A los 34, en la primera opción de gol que tuvo Nacional en todo el partido, vino un centro desde la izquierda, Montero rechaza al centro y ahà apareció Guzmán para romperle el arco. Millos era mejor, pero Nacional era efectivo, 0-1 abajo.
El gol en contra golpeó el espÃritu anÃmico de los de Gamero, que se demoró en volver al partido. Costó recomponer, costó retomar la circulación, costó reanimar un estadio que cantaba durÃsimo y que quedó frÃo con el gol en contra. Millos trató de volver al juego pero no tuvo la eficacia suficiente para inquietar al arco de Mier.
Para el segundo tiempo, ya con la charla del entretiempo encima, Millonarios volvió a salir a comerse vivo a su rival. Lo volvió a arrinconar, lo volvió a poner contra las cuerdas, volvió a llegarle por izquierda, por el centro y por la derecha, ahora con mayor aproximación al arco, pero con la mala suerte de tener al portero en su noche. Nacional hizo dos cambios, mandó al campo a Pabón y Moreno, y asà se quedó sin delanteros. Gamero quiso contrarrestar y sacó a Larry para enviar al campo a Sosa, retrasar a Mackalister y tratar de tener más juego ofensivo. Lo tuvo, Millos por pasajes hizo de Mier la figura, y por pasajes también se mostró predecible y se estrelló contra un Nacional sin espacios.
El momento esperado por todos llegó cuando Jhon Duque entró al campo de juego. «Se vendió, se vendió, ese hijueputa se vendió» gritó todo el estadio. También chifló cuando tocó la pelota. Pero nadie contaba con que Duque fuera el forjador de la segunda anotación de los verdes, suscitada en la segunda acción de gol de Nacional en un contragolpe al 94. Ese segundo gol terminó de dejar en silencio al estadio, que apenas minutos antes cantaba el «Movete, Millos movete» producto de la desesperación.
Fin del partido, puteadas a los directivos, puteadas a Duque, puteadas a Nacional y desasosiego generalizado. Millonarios jugó un partidazo, pero fue inofensivo. Y al frente, el rival sufrió, se incomodó, se desesperó, se asfixió, pero pateó dos veces al arco y fue gol. Nos ganaron con muy poco, nos ganaron porque tenÃan más peso en sus nombres.
Twitter: @elmechu
Esta es la Ficha Técnica del partido