Un irrespeto con la hinchada
Eliana es contadora. Ama a Millonarios por sobre todas las cosas. QuerÃa ir a Ibagué y no le alcanzaba la plata. Entonces, su mamá, en un gesto de amor puro, tomó los ahorros que tenÃa en la alcancÃa y se los dio para que pudiera ir. Ella sólo querÃa que su hija pudiera ver a su equipo del alma.
Lorena es trabajadora social. Salió a mediodÃa y se subió al primer bus intermunicipal que vio y tomó carretera hacia Ibagué. Hubo un trancón en la vÃa y llegó al minuto 25 del segundo tiempo, cuando el partido ya estaba 0-2 y Rambal ya estaba expulsado. No le importó. Ella sólo querÃa ver a su equipo del alma.
En el terminal de Melgar, un grupo de hinchas toman una flota hacia Ibagué. Llegaron a la «capital musical» a las 5:30, y luego se tardaron otros 20 minutos consiguiendo taxi para poder llegar al estadio. No les importó, ellos sólo querÃan ver a su equipo del alma.
Gabriel es Ingeniero, dejó tirada una reunión muy importante que tenÃa para irse volado a ver a Millonarios a Ibagué. Como Eliana, Lorena y los hinchas de Melgar, lo sacrificó todo, tiempo y dinero, para ver a su equipo del alma.
Y como ellos, muchos más hinchas dejaron literalmente todo tirado para ver a su equipo del alma en el Murillo Toro. Más de 2 mil personas adornaron de azul la tribuna visitante. Mismo caso en Bogotá con muchos oficinistas que pidieron permiso o se volaron del trabajo para poder verlo por TV, porque sólo aquà se les ocurre poner un partido a las 5 pm entre semana en un estadio con iluminación.
Ningún hincha se merece lo que se vio en el Murillo Toro. Millonarios le faltó al respeto a su gente, que lo deja todo para acompañarlo. No por perder, porque esto es un deporte y perder hace parte del juego, sino por jugar sin hambre ni sangre. Van tres partidos seguidos sin ganar y sin jugar a nada.
Twitter: @elmechu
Esta es la Ficha técnica del partido.