Bucaramanga Millonarios 2019

El día después: Millonarios en modo Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Y aun así, con un primer tiempo difícil, trabado, jodido, donde no hubo vistosidad, Millonarios ganó con solvencia en la segunda mitad. Aun así, con un equipo que pateó varias veces a los embajadores, el portero Martínez sale investido como figura a pesar del taconazo de Chicho justo después del empate de Bucaramanga, gol convertido por Yúber Asprilla, ese niño que tampoco pudo explotar en Fontanar a pesar de la confianza que le tuvimos.

Revisar los sistemas de juego, como Pinto lo hizo en rueda de prensa, pasaría de justificar la victoria a señalar los errores que hubo en el juego. El 4-2-3-1, variable con media punta o con extremos rápidos, mostró una falencia que no era común en el juego: tanto Duque como Jaramillo dejaron huecos inmensos en el medio campo para que Sherman, otro que pasó por nuestras toldas sin pena ni gloria, pudiera manejar a su antojo las filtraciones de ofensivas. De discreto partido, Banguero pasó al ataque y volvía lento, cansino, entregando mal el balón, centrando mal. Y aun así.

Millonarios abusó en manejo por la zona de Hansel Zapata: solo había una ruta de escape señalada por Macalister, el diez que no parece diez aunque sea diez, sin permitirle al ‘Ratón’ una pelotica de vez en cuando. Hansel siempre será bueno en el esquema cuando se atreva a romper el molde al que está atado en la banda: cuando ingresa al mediocampo para dinamitar la zona de volantes se antoja intratable, diferente, novedoso. Pérez, sacrificado en el esquema y  con tendencia a bajar de nivel, fue quien sirvió para el pase al eje conductor del equipo. “¡Remata duro, la puta madre!” son las palabras que escuchamos cada vez que ‘Maca’ tiene el espacio libre, despejado. Gol al palo lejano del portero Vargas, de buen partido ante su ex equipo, Nacional.

No había podido celebrar Bucaramanga su empate ni un minuto. Pinto tiene también la tendencia a demorar los cambios y rezarle una sarta de indicaciones a cualquiera que vaya a ingresar. Esta vez no fue así y seguramente le dijo a Chicho “¡apúrele pues mijo!” Con ese taconazo la mandó guardar de forma parecida al gol que Duvier Riascos hizo también en la ciudad bonita, en un lejano 20 de julio de 2017. Puntos son puntos. Goles son goles. Victorias son victorias.

Robert Louis Stevenson es el autor de “El extraño caso del Doctor Jekyll y el señor Hyde”. Un clásico de la literatura universal que describe la tensa relación de una persona que sufre trastorno de personalidad y que muestra una cara en público y otra en privado aun siendo visible. Tal vez Millonarios ofreció esa visión en Bucaramanga: maniatado e incómodo en el primer tiempo, para pasar a ser más solvente en el segundo; un equipo que a veces juega bien, a veces juega mal y que todavía no tiene la sintonía adecuada con lo visto en el primer semestre. Estamos lejísimos de ese nivel.

El dato de la jornada es de Juan Sebastián Gómez, el estadígrafo de MundoMillos: Millonarios es el mejor visitante de la Liga y no pierde hace ocho partidos (23 de marzo, 1-0 ante Deportivo Pasto). Al final todo son datos, estadísticas y el número frío del resultado: en el juego y su consecución ya lo dijo Jorge Luis Pinto en rueda de prensa, “nos vamos acercando a la forma”.

¿Todos tranquilos?

Próxima parada: el Nemesio un sábado a las ocho de la noche, ante Jaguares de Córdoba.

Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco