La hinchada unida es imparable
Del clásico de ida de los octavos de final de la Conmebol Sudamericana en lo futbolÃstico no quedan más que unas pocas lÃneas y el hecho de saber que con los años pasará al olvido por su falta de emoción. Sin embargo, un capÃtulo aparte merecen los más de 4 mil hinchas que llegaron al estadio para alentar a Millonarios sin importar que la taquilla fuera para el rival. Durante un partido, todos los sectores de la hinchada se unieron para cantar a una sola voz, y demostraron que cuando la hinchada se une, nada puede detenerla.
Oriental se adornó con un marco apoteósico en el que estaban Los Comandos, la Blue, los de Oriental y algunos de Occidental. Desde antes del partido todos ya cantaban a una sola voz, con esa hambre que despierta la antesala de un clásico y que solo conocen los que han estado (más cuando somos «visitantes»).
En el primer tiempo, una fiesta completa. Los rojos, literalmente, no se escucharon durante la primera media hora de juego en donde fueron los azules los que impusieron la tendencia en los cantos. HabÃa mucha gente para poco espacio designado en la tribuna, lo que ocasionó muchas filas para entrar y que la policÃa tuviera que ceder espacio varias veces, hasta terminar habilitando la sección del segundo piso de Oriental para permitir que toda la gente pudiera ingresar.
Como hace mucho tiempo no pasaba, la hinchada de Millos cantó y saltó tan duro y tan fuerte, que en la gramilla se sentÃa el temblor que generaban las ondas de los aficionados. Es una sensación brutal para los fotógrafos, de verdad se siente la tierra latir. HacÃa falta sentirlo de nuevo.
En el entretiempo, el bache de la jornada. Una gresca entre varios hinchas que, por suerte, no pasó a mayores y se detuvo rápido, pero que le sirvió de comidilla a la hinchada rival y a alguno que otro periodista sensacionalista que no dudó un segundo en aprovechar para tirar el tweet amarillista. Ojalá algún dÃa en serio paren esas escenas, no saben la maravilla que fue ver a tantos sectores unidos cantando lo mismo por una vez en la vida y después de tanto tiempo, no aguantaba dañar la fiesta que se habÃa armado.
Afortunadamente, el incidente se superó rápido y en el segundo tiempo regresaron los cantos. Hasta sacaron una imagen bastante creativa para simbolizar la recordada final de 2017 que nadie va a olvidar. Fueron varios los pasajes del partido en los que se escuchó que le cantaban al rojo «porque en tu cara yo fui campeón», sin olvidar, claro, los hits de toda la vida en clásicos: «El que no salte es una puta cardenal» o «Millos tiene un hijo bobo que se llama Santa Fe».
Se fueron los primeros 90, y con ellos, un 0-0 que no define nada. El martes 2 de octubre, en un CampÃn que ya no deberá tener 4 mil sino 30 mil azules en las gradas, a Santa Fe hay que hacerlo sentir más visitante de lo normal. Si 4 mil azules callaron a 20 mil rojos, en la vuelta el estadio azul tiene que ser una caldera. Que esta unión de todos los sectores no sea flor de un dÃa y se repita en dos semanas, pero propagado hacia cuatro tribunas y muchas localidades. Quedó demostrado que esta hinchada unida es imparable. Todos podemos hacer de nuestra afición algo mejor cada dÃa.
Twitter: @elmechu