Millonarios - Rionegro Águilas 2018

El día después, número 10

En el anterior “El día después”, posterior victoria por Copa ante Chicó, escribía que algo imperdonable de parte de un jugador de Millonarios, por más limitación técnica que tenga, es que no deje todo su corazón en cada partido. Ayer, frente a Rionegro Águilas, no dejaron de transpirar la camiseta embajadora. Bueno, no todos.

Si bien Don Miguel Ángel declaró en rueda de prensa que somos fabulosos de visitantes pero ingenuos como locales, el equipo de ayer se encontró con un rival que lo atacó por todos los frentes. Sin resguardarse en su portería, los dirigidos por Jorge Luis Bernal enviaron balones aéreos a la espalda de toda la defensa, de un lado para el otro: vimos que esa potencia permeó por momentos la solidez defensiva mostrada en varios partidos. Es verdad: ningún equipo nos había atacado en Bogotá con el orden y la disciplina mostrada por ellos. No fueron tan exuberantes en potencia y técnica, pero Wuilker Faríñez se erigió como figura en un remate de cabeza.

Para el segundo tiempo, con más ganas que técnica, Millonarios encontró el gol con un potente remate de Andrés Cadavid desde fuera del área. Los embajadores no pudieron encontrar más remates como este debido a que el rival se cerró durante todo el partido con cinco defensas y 4-1-4-1 en fase ofensiva: hasta el momento, es la figura táctica que más complica a los dirigidos por Russo. Posterior al gol, llegó el desorden. En individualidades, como la expresada por Gabriel Hauche quien no marcó al extremo rival y permitió que un balón llegara hasta el área chica para el empate de las Águilas.

A nuestro entrenador hay que respetarlo siempre, pero eso no significa que no se pueda cuestionar. La primera pregunta, de esas que no se hacen en rueda de prensa, ¿por qué sacar a Marrugo cuando era el único que generaba ideas, para ingresar un volante de marca como Rojas? ¿Es por cuidar al equipo de cara a lo que viene, con Macalister lesionado? La segunda pregunta: Óscar Barreto, con experiencia en Europa y suponiendo que debe ser ejemplo por su experiencia internacional, ¿por qué no está acomodado al módulo táctico del equipo? Fue la nota más baja de Millonarios en este partido y solo jugando menos de 35 minutos. Si el director técnico quería cerrar el partido con Rojas, faltando más de 20 minutos para terminar el cotejo, ¿por qué no dejar un volante de marca-marca, como Domínguez?

Don Miguel sigue aludiendo aquello de “comer, dormir y no quejarse” (ya lo dijo dos veces el año pasado) pero es menester saber que hay jugadores que no están en nivel y así la plantilla sea de 25, hay algunos borrados que merecerían alguna oportunidad en esta seguidilla de partidos. Resulta imposible comprender cómo dos talentos aprobados por él, como Cristian Huérfano y Carlos López, no tengan alguna oportunidad. Si hubo problemas con ellos dos, hay que limpiarse la cara, borrón y cuenta nueva, y dar oportunidades. No es bueno casarse con dos jugadores con la excusa “es lo que tenemos”: hay que poner un revulsivo.

Párrafo aparte para el árbitro FIFA de anoche, Nicolás Gallo. Con una carrera meteórica en el arbitraje colombiano, llegó a ser profesional en el año 2011 y recibió su escarapela internacional este año. Recordado porque en un DIM – Millonarios nos condenó a perder sin merecerlo, en 2017, y posterior protesta de Millonarios a la Comisión Arbitral, fue parado por varios partidos para luego volvernos a pitar ese mismo año. No es común estar quejándonos del arbitraje, pero las cifras de anoche son escandalosas: una falta cada 1,7 minutos durante todo el partido. Así no juega nadie, señor Gallo. De igual forma, si usted se recibió como árbitro internacional y devenga un salario fijo (cosa que no tienen los árbitros que no son internacionales), es necesario que trabaje mucho más en el juzgamiento deportivo. Usted fue el mejor de su clase en pruebas de conocimiento y físico-deportivas: a ustedes los preparan para dar continuidad al juego. Ayer usted irrespetó esa premisa, además de sus permanentes amenazas verbales a los jugadores del partido: es el capitán quien tiene todo el derecho de acercarse a usted para indagar o preguntar cualquier asunto dentro del terreno de juego. Tenga cuidado con su ego, señor Gallo, y no se duerma en los laureles por tener una dignidad mayor dentro del arbitraje: no se convierta en la sombra de su mentor. Ah, ¿y el spray? Hasta en eso se nota si usted está concentrado con su terna. Lamentable.

Para finalizar: no se han perdido 9 puntos en El Campín por los árbitros, ni tampoco porque todos los equipos vienen a cerrarse o especular con el tiempo. Esos puntos que no permiten tener en paz a los hinchas, como locales, acaecen en el rendimiento del equipo: la prueba es dura cuando se juega martes – domingo – miércoles – sábado. Sí, es duro, pero nada es excusa. Es un privilegio, esto es Millonarios y hay que pelear todo.

Comer, dormir y no quejarse. Y más importante: equivocarse lo menos posible.

Próxima parada: Barranca, contra Alianza.

Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco